Camina la Virgen pura
de Egipto para Belén
y a la mitad del camino
pidió el Niño de beber.
- No pidas agua, mi vida,
no pidas agua, mi bien,
que estas aguas bajan turbias
y no se pueden beber.

Allá arriba en aquel huerto,
hay un rico naranjel
y el hombre que lo cuida,
es un ciego que no ve.
- Ciego, dame una naranja,
para este niño que trae sed.
- Coja usted las que usted quiera,
las que sea menester.

El Niño como era niño
no dejaba de coger,
las que cogía la Virgen
volvían a florecer.
Apenas se va la Virgen
el ciego comienza a ver.

¿Quién ha sido esa señora?
¿Quién ha sido esa mujer?
que en los ojos me ha dado luz
y en el corazón también.
Ha sido la Virgen pura
que va de Egipto a Belén.

Romance anónimo (siglo XVII)