• Y conformase con ello es fatalismo.
  • O acabamos con la economía irregular o ella acaba con nosotros.
  • Un solo contrato, indefinido, con despido libre e indemnización prefijada.
  • Y las tres patas de un nuevo modelo laboral. Despido libre, impuestos bajos, salarios dignos.
Una Encuesta de Población Activa (EPA) maravillosa, seguro, pero lo cierto es que seguimos con 5,1 millones de parados una tasa de desempleo que supera el 22%, cuando en Reino Unido y Alemania no alcanzan el 6%. Y ha sido la mejor EPA de la década, oiga usted. Al menos, eso dice el Ejecutivo Rajoy. El miércoles, horas antes de conocerse la EPA del segundo semestre, la ministra Fátima Báñez (en la imagen) -que no ha hecho una mala reforma laboral, pero que se ha quedado corta- aseguraba que la economía sumergida constituía uno de los grandes males de la economía española. Tiene mucha razón. Ahora bien, ¿por que se produce economía sumergida en el ambiente laboral? En otras palabras, ¿por qué hay tantos españoles que trabajan sin contrato? Pues muy sencillo, porque los impuestos laborales, las famosas cuotas sociales, son muy elevadas. Por tanto, mientras no se reduzcan los impuestos laborales, seguirá habiendo economía sumergida y, con ella, altísimos índices oficiales de desempleo. Si queremos acabar con el desempleo, mal endémico de España, tendremos que hacernos norteamericanos: cuotas sociales bajas (y si no da para las siempre crecientes pensiones sustituyámoslas por IVA), despido libre -porque es justo- con indemnización pactada de antemano y subir los salarios, a costa de elevar el salario mínimo. Sí, y también un salario maternal para las mujeres que desean quedarse en el hogar a cuidar y educar a sus hijos durante la edad fértil. Bajar del 23 al 22% de paro no es un triunfo y venderlo como tal no es más que fatalismo. España y los españoles son capaces de mucho más. Y si no, pues seguiremos vanagloriándonos de reducir la tasa de paro del 23 al 22%. Que menos da una piedra y más daño hace. Eulogio López eulogio@hispanidad.com