• El académico y novelista avaló el genocidio de los católicos de La Vendée (100.000 asesinados), en La Sexta.
  • Está claro: eran "reaccionarios" mientras que sus asesinos eran ilustrados. Hay mucha diferencia.
  • Lo de Arturo Pérez-Reverte es odio a curas y obispos pero desde la derecha fascistoide.
  • Eso sí: derecha fascistoide pero muy ilustrada.
El periodista estrella de La Sexta estaba extasiado ante el académico y novelista Arturo Pérez-Reverte (en la imagen). No concede muchas entrevistas y la verdad, con lo visto el pasado sábado, no me extraña. Arturito sólo tiene una idea fija en la cabeza: la culpa de todos los males la tienen los curas. Mejor: los malos son los cristianos, en su totalidad manifiesta, especímenes retardadores del progreso y enemigos de la Ilustración. Los buenos son los ilustrados, que le transporta hacia Diderot, Danton, Robespierre y otra gente de bien. Y mismamente entonces entró en éxtasis libertario. Arturito, insigne académico, como creo haber dicho antes, nos explicó que el problema catalán, así como todos los problemas que en España han sido, se basan en que, al revés de lo que ocurrió con los ilustrados franceses, oh sí, en España no hicimos La Vendée y claro está, de ahí nuestro anclaje a la caverna. Arturito Pedantón, que achaca a la falta de cultura todos los males patrios, y por si alguien no había consultado sobre La Vendée en Wikipedia, nos explicó, sucintamente, que el problema de la región francesa, laminada durante la Revolución francesa, es que eran "reaccionarios" y que asesinaron a 100.000 personas, mujeres y niños incluidos. Los revolucionarios franceses lograron imponer el siglo de las luces y la radiante modernidad. No como aquí, en la carpetovetónica España y por eso -van como van y pasa lo que pasa- nos topamos con el problema catalán… que no es otra cosa que incultura… como creo haber dicho antes. La verdad es que los habitantes de La Vendée no eran reaccionarios, sino católicos, que se negaban a la Constitución Civil del Clero, que no era otra cosa que una ley para acabar con la Iglesia por la fuerza. Más que acabar, el proyecto de los muy ilustrados galos de Arturito, consistía, no en eliminar la Iglesia sino en conquistarla y que el cristianismo fuera dirigido por los revolucionarios, que son los de la diosa razón y, mayormente, los de la guillotina. No es coña, Reverte opina que a España le faltó una afilada guillotina. Algo parecido a lo que comentamos los amigos en privado cuando andamos jacarandosos, pero en privado: "el problema de España es que se ha fusilado poco y mal". Y lo decimos de coña; el problema es que el académico Arturito lo dice en serio. O sea, que la solución a los males patrios, Cataluña incluida, consiste en asesinar a 100.000 reaccionarios (vulgo, católicos) y con la piel de los cadáveres varones hacer alpargatas y con las de las mujeres y niños, más fina, fabricar guantes. Y también, para divertirse, arrojar mujeres y bebés a hornos encendidos. O sea, como en La Vendée, que Arturito considera tan necesaria. Porque lo dijo el académico: los culpables son los obispos y los curas, que asesinaran los ilustrados con enorme sapiencia, mientras aquí les dejamos vivos. ¿Cabe ser más ilustrado? No obstante, Arturito es misericordioso y está dispuesto a quedarse en España a pesar de nuestro troglodítico cristianismo. Menos mal. Porque no lo duden, el problema de España es que no tuvimos un genocidio como La Vandée, que nos habría librado de los malolientes reaccionarios. Y este señor es un novelista de éxito, pensador reconocido y académico de la DRAE. Lo que demuestra que España es el país más poderoso del mundo, capaz de sobrevivir a cantamañanas de este calibre, aupados en el podio de la reverencia social. Lo de Arturo Pérez-Reverte es odio a curas y obispos pero desde la derecha fascistoide. Eso sí: derecha fascistoide… pero muy ilustrada y un pelín pedantona. Eulogio López eulogio@hispanidad.com