El vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, ha manifestado su profundo arrepentimiento -dolor de contrición y atrición, todo a un tiempo- por el incidente con el portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, aunque lo ha hecho de un modo, digamos, especial.

Según Iglesias, reaccionó mal ante una “provocación”. ¡Acabáramos! Fue Espinosa de los Monteros quien le provocó y entonces se comportó un poquito mal, como un barbián de taberna, pero ojo, había sido provocado.

Seguramente, Iván provocó a Pablo con una mirada de lo más prepotente y sibilina, dado que nadie percibió nada. ¡Esas miradas, Iván! Espinosa de los Monteros, no Redondo.