Se está produciendo un hecho significativo en la población española que, además, se agudizará en los próximos años, cuando se empiece a jubilar la generación del ‘baby boom’, esto es, los nacidos entre los años 60 y mediados de los 70. Es casi evidente pensar que, por regla general, esa generación se jubilará en peores condiciones que las actuales y no solo por las pensiones en sí, sino porque llegarán a ese momento con un patrimonio menor que el de las generaciones anteriores. No solo eso, los que hayan conseguido comprarse una casa, tendrán menos ahorros líquidos a su disposición porque cada vez hay que emplear más porcentaje del salario para comprar una vivienda.

Pero tranquilos, porque el Banco de España propone a los bancos que adopten fórmulas financieras innovadoras para extraer rentas líquidas de ese patrimonio inmobiliario. Y entre esas fórmulas, aunqaue el BdE no la cita directamente, se encuentra la ‘hipoteca inversa’, esto es, otorgarle una renta al propietario para el resto de su vida a cambio del inmueble.

La idea no es nueva. Los bancos ya saben lo que significa y también conocen los riesgos que entraña este producto financiero. Entre ellos, que al sujeto de la hipoteca inversa le dé por no morirse y vivir más años de los inicialmente previstos por la entidad financiera. Es lo que sucedió hace años, cuando se puso en práctica por primera vez. La experiencia no fue buena… para los bancos, naturalmente.

El supervisor incluye una medida que sí garantizaría el sistema en el largo plazo: fomentar la natalidad

El Banco de España se ha puesto serio con las pensiones, tal y como muestra su último informe anual publicado este martes. A las recomendaciones ya clásicas -alargar la edad de jubilación, por ejemplo-, el supervisor advierte de que, a medida que pasen los años, será más difícil reformar el sistema de pensiones. No por nada, sino porque los votantes serán más mayores -ahora, la edad media del votante está en 43 años- y no apoyarán otra cosa que no sea mejorar su jubilación. A eso unan el hecho de que la población joven será aún menos numerosa que la actual, hasta tal punto de que la pirámide de población se asemeje más a una peonza que a una pirámide.

Por eso, el Banco de España insta al Pacto de Toledo a llegar a un acuerdo que, aunque no sea “absoluto”, al menos sea suficiente para tomar decisiones. Ya no hay tiempo que perder.

En su informe, en el que dedica un capítulo completo a las pensiones, el supervisor incluye una medida que sí garantizaría el sistema en el largo plazo: fomentar la natalidad. Otros países europeos ya lo están haciendo, con ayudas directas a las familias que crecen. En España, sin embargo, ayudar -de verdad- a las familias parece tabú. Así nos va… y así nos irá.