Con una caradura increíble, el señor ministro de Sanidad, Alfonso Alonso (en la imagen), ha estafado a los obispos con un engaño sobre la ley de aborto, que no provida, del PP.

Veamos, el jeta de Alonso ha decidido que la ultra-reducida ley Gallardón, debía ampliarse, más que nada porque la coña de llamar ley provida al famoso permiso -¿o no era permiso?- de los padres a las menores para abortar es cosa de mucha risa. 
La Ley Aído no dice que el aborto es un derecho. Por tanto, incluir la frase no va a cambiar nada, ministro Alonso
Pero no: Alonso, muy serio, asegura que en la nueva norma incluirá la marmórea sentencia de que "el aborto no es un derecho". Así, todos contentos: los 12 diputados y senadores del PP que iban a votar en contra, las organizaciones provida y hasta los obispos. El PP habría cumplido su promesa electoral sobre el derecho a la vida y reformado la famosa ley Aído de 2010.

Por partes, la ley Aído no dice en ningún momento que el aborto sea un derecho. Es verdad que toda ley de plazos -como es la de Zapatero- puede interpretarse así. En efecto, si una mujer no tiene que dar razones, ni acogerse a supuesto alguno, para matar a su hijo en su propio seno, estamos ante algo muy parecido a un derecho.

Por tanto, si Rajoy escribe en la norma que el aborto es un derecho pero no anula el sistema de plazos de ZP… está manteniendo el derecho al aborto por más que lo niegue en el nuevo texto.

La tibieza del PP resulta tan repugnante como insufrible. Mire usted, la única ley provida es la que prohíbe todo tipo de aborto, y además ayuda a la mujer gestante, con un salario maternal, para que pueda criar a su hijo.

Por lo demás, la ley socialista del 85, que el cobarde de Aznar no tocó, era de supuestos, pero con el coladero del aborto psíquico… lo que convirtió a España en el paraíso del infanticidio, con cerca de 120.000 abortos anuales perpetrados en la legalidad.

La ley Aído, que el tibio Rajoy no se atreve a tocar, si lo miran bien, era más restrictiva que la de Felipe González. Lo que ocurre es que teóricamente era más vomitiva porque, en efecto, aunque no lo explicitara, una ley de plazos no es más que el aborto libre y el derecho al aborto.

Ahora bien, que el PP pregone ahora que los provida pueden quedarse tranquilos y que están cumpliendo su programa electoral por escribir en el BOE que el aborto no es un derecho, cuando en la práctica sí lo es, es para cabrearse un poquito.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com