• Todavía hoy, los nacionalistas vascos temen a los etarras.
  • El PNV sufre síndrome de Estocolmo respecto a ETA.
  • ¿Victoria de todos? No, sólo de los buenos.
  • El PNV vuelve a cometer el mismo error del pasado: padres peneuvistas, hijos batasunos… o etarras.
El problema del nacionalismo vasco es que a los nacionalistas del PNV les salieron hijos de Herri Batasuna y algún que otro etarra. Pero ya lo dijo Lord Voldemort, un tipo con muchas experiencia de la vida: "¡No aprenden!". Otra vez, en el Aberri Eguna, el PNV coincide con Gara: no puede haber ni vencedores ni vencidos y no entregaremos las armas al "insaciable Gobierno español", sino al pueblo vasco. Pues mire usted no. El asesino debe ser vencido por la justicia, que es la victoria de la víctima. Por la sencilla razón de que no hay paz sin justicia ni justicia sin perdón, ni puede haber perdón sin arrepentimiento. Y el Gobierno español no es insaciable. Sencillamente, le está dando su merecido a los terroristas. Lo más preocupante del Aberri Eguna del domingo 16 es que los nacionalistas volvieron a mostrar la misma soberbia y la misma cobardía de antaño: sigue sufriendo síndrome de Estocolmo frente a los etarras: les siguen teniendo miedo. El mismo síndrome de Estocolmo procedente de la cobardía que llevó a que a los padres del PNV les salieran hijos batasunos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com