Con Manuela Carmena Madrid es una ciudad colapsada y enguarrada. Sucia como ninguna por el poco dinero que la alcaldesa se gasta en limpiarla. Colapsada, porque la irrupción de los carriles para bicicletas y patinetes han hecho imposible la circulación. Y más contaminante claro, porque si algo contamina son los atascos. Una ciudad donde los ecologistas de la bici se han convertido en el mayor peligro para los peatones, el eslabón más débil.

Pero miren por donde, el problema no es ni la suciedad ni el tráfico. El problema es la imagen de la Virgen del Abrazo, situada en el parque madrileño de Valdebebas. A doña Manuela se le ha metido en la cabeza que no puede haber una advocación mariana en una ciudad tan laica como la que ella rige (es un decir). El gran problema de Madrid resulta que es la imagen de la Virgen de Valdebebas.

La alcaldía sigue enguarrando y colapsando Madrid. Pero la imagen de Santa María, fuera del parque de Valdebebas

Que los vecinos no quieran que la muevan de su sitio no significa nada. Es más, el Ayuntamiento podemita ha asegurado que los vecinos que acuden allí a rezar, o simplemente a saludar a la imagen, manchan muchísimo, enguarran y colapsan el tráfico, con sus reuniones “tumultuosas” (sic).

Y es que no hay nada más tumultuoso que unos fanáticos rezando el rosario. Insufribles.

Sí, sé que finalmente el generoso ayuntamiento ha decidido mantener, por el momento, la imagen de la Virgen de Valdebebas. Pero antes han dicho todo lo anterior y mucho me temo que esto no acaba así. Por cierto, lo ha anunciado Rita Maestre, la misma que profanó la capilla de la Complutense.