• Mariano Fazio, número dos de la Obra, rectifica al supernumerario Ettore  Tedeschi, sobre Amoris Laetitia.
  • Lo más importante que ha dicho Fazio: Francisco reafirma la doctrina católica sobre la comunión.
  • Ese es el asunto, don Mariano, que no la niega pero tampoco la reafirma de forma expresa.
  • En lo que tiene razón el número dos del Opus Dei es en que las correcciones filiales se hacen en privado, no a los cuatro vientos.
  • Y el peligro de siempre: cuidado con destronar a Francisco no vaya a venir algo peor.
Mariano Fazio (en la imagen, a la izquierda),  argentino y biógrafo de Jorge Bergoglio, era el candidato del Papa Francisco para dirigir el Opus Dei, pero la Prelatura prefirió a Fernando Ocáriz, número dos de don Javier Echevarría. Ahora ha concedido una entrevista enjundiosa al diario La Nación. Resulta que un grupo de intelectuales católicos, entre ellos Ettore Tedeschi (en la imagen, a la derecha), supernumerario del Opus Dei y antiguo hombre del IOR, se ha revuelto contra Francisco a cuenta de Amoris Laetitia, acusándole nada menos que de hereje. Entonces Fazio dice que Tedeschi se equivoca y que -esto es muy cierto- las correcciones filiales deben hacerse en privado, no en público. Claro que, monseñor Fazio, lo mismo podría decírsele a usted sobre Tedeschi. Pero confieso que no es lo mismo. En cualquier caso, dos cuestiones, una importante y la otra muy importante. La primera es que el Opus Dei debe volver a San Josemaría, que respetaba mucho la libertad de sus hijos pero si éstos ponían en solfa la Doctrina de la Iglesia, alguno podía salir por la ventana. Y alguno salió por la ventana. Por eso el Opus Dei era un bastión de la ortodoxia, una guía firme… y hoy no lo es. Necesitan volver a San Josemaría. En segundo lugar, la muy importante: sí, don Mariano Fazio, el Papa Francisco no ha cambiado la Doctrina de la Iglesia sobre la comunión de los divorciados y vueltos a casar. La doctrina es muy sencilla. El que está en pecado grave no puede comer el Cuerpo de Cristo. ¿Fácil, verdad? Esa barbaridad a lo peor viene después. El problema, monseñor Fazio, es que no lo ha reafirmado el Vaticano, y debiera hacerlo. Eso ayudaría a aclarar la confusión reinante y, de paso, detendría el Cisma… que ya está aquí. Eulogio López eulogio@hispanidad.com