• No ayudemos a los terroristas a promocionar el terror con el excesivo empleo del término 'histórico'.
  • No existen países tolerantes e intolerantes. En Suecia están quemando albergues.
  • Albiol tiene toda la razón cuando asegura que la multiculturalidad produce guetos y conflictos.
  • Aunque no por ello hay que cerrar las puertas a los refugiados.
Ejemplos de errores de Occidente en la batalla cultural, probablemente la más importante a largo plazo, contra el terrorismo islámico. 1.- Ampliar el impacto de las acciones terroristas. Ejemplo: Desde el asalto al piso de París y el suicidio de una mujer, los medios no  han dejado de repetir que se trata del primer caso de una mujer que se inmola en Europa. Pues no. Rusia también es Europa y la moda de mujeres suicidas se inició en Moscú, con las viudas negras. 2.- Separación entre países tolerantes y partidos tratables dentro del universo islámico. La verdad es que esa clasificación resulta más que discutible. Suecia, naturalmente, es el crisol de la tolerancia… sólo que los suecos están tan cabreados con los atentados de París que han cerrado su frontera a los refugiados sirios y encima se dedican a quemar albergues. ¡Toma ya tolerancia! 3.- El pepero García Albiol dice que el problema es la multiculturalidad y se le echan encima. De fascista para arriba. Pero Albiol no ha dicho eso: Albiol lo que ha dicho es que la multiculturalidad crea guetos, marginación y conflictos. Lo cual es una gran verdad. Otra cosa es que haya que afrontar que no cree guetos (culpa del emigrante) ni marginación y conflictos (que puede ser culpa de los ciudadanos del país de acogida o de loe recién llegados). Es más, Albiol ha dicho algo de lo más lúcido: la publicidad exige que el inmigrante respete el modo de vida del país que le acoge. Y si no le gusta, que se vaya. Ejemplo en España: los inmigrantes hispanos no crean guetos, salvo por su amor a la música nocturna. Los islámicos sí. 4.- La mentira: El Islam es una religión de paz. No, porque tiene elementos que no ayudan a la paz. Con todo, hay que respetarles pero no ser idiotas ni autoengañarnos. ¿Por qué le tenemos tanto miedo a la verdad? Eulogio López eulogio@hispanidad.com