• Es una idea que está cundiendo entre cristianos formados ante el terrorismo salvaje del ISIS.
  • Además, no es Dios quien castiga al hombre, sino el hombre quien se castiga a sí mismo.
  • En cualquier caso, "estar en Mi es todo lo contrario a vivir estos tiempos con ansiedad".
  • Por otra parte, la gente empieza a darse cuenta de que el islam moderado no existe.
Tras los atentados de París, en círculos católicos está surgiendo la idea de que el islam no es sino un instrumento de Dios para castigar a un Occidente pecador. No me gusta la imagen de Cristo castigador, prefiero la de Misericordia Divina… a ser posible no entendida como patente de corso. Pero tengo que reconocer que esa imagen podría no resultar del todo falsa. A fin de cuentas, la Providencia divina se sirve de la libertad humana para trasformar el mundo. Así que esa triste caricatura del Cristianismo que es el islam, podría ser, en efecto, un instrumento de castigo por la empecatada atmósfera vigente en el Occidente cristiano. De hecho, resulta un razonamiento acorde con la Biblia y con el mismo sentido de los evangelios. De los evangelios reales, no de las interpretaciones edulcoradas del Nuevo Testamento que tanto gustan a la progresía. Y hay otra razón para creer en el terrorismo salvaje del Estado Islámico como instrumento de castigo. Y es la mentira de los políticos de que el Islam no es el problema, sino el terrorismo. Mire usted, señor mío, el islam moderado no existe. En el mismo Corán radica el odio del mahometano y su tendencia a la bestialidad. Pero me es igual. Es curioso que los creyentes obsesionados con el castigo divino, incluso -entre los que me cuento- los que creen que estamos en una etapa fin de ciclo tienden a la ansiedad de parar mientes en el castigo y no en la conversión que evitaría el castigo. Castigo que, por otra parte, no es una decisión divina sino una consecuencia de esa libertad humana. O mejor, es el castigo lógico. No hablo de un Dios justiciero y vengativo, pendiente de fallo del hombre. Hablo de un hombre encanallado y de una sociedad corrompida, donde los gases del orgullo han llenado de tal manera la olla que ésta empieza a tener grietas y terminará estallando. En cualquier caso, volviendo al principio,  "estar en Mi es todo lo contrario a vivir estos tiempos con ansiedad". Eulogio López eulogio@hispanidad.com