Habrá un antes y un después del coronavirus aunque, para ser más exactos, habría que hablar de un antes y un después del confinamiento forzoso aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez y que está provocando la paralización de la economía de nuestro país. La crisis ya ha llegado y la cuestión es saber cuánto tiempo permanecerá entre nosotros.

Uno de los efectos de la pandemia ha sido la aceleración de la digitalización, no ya de la banca sino, sobre todo, de los clientes bancarios más veteranos, esto es, los que no concebían una relación no presencial con su entidad de toda la vida.

Primera enseñanza: las 23.800 sucursales que hay en nuestro país (unas 1.900 menos que en 2018) no son necesarias. Y más importante aún: el ajuste se puede realizar a mayor velocidad.

El Sabadell, por ejemplo, lo tiene muy claro. Según su consejero delegado, Jaime Guardiola, de las 90 sucursales que se han cerrado por el coronavirus no reabrirá ninguna de ellas tras la pandemia. Ahora bien, el banco, en principio, no despedirá a nadie, ya que muchos empleados de esas oficinas asumirán tareas que antes la entidad tenía externalizadas.

No será esa la tónica general tras la pandemia. Si antes del coronavirus ya se hablaba de que la digitalización seguiría provocando ajustes de plantilla, imagínense ahora que, además de la digitalización estaremos inmersos en una nueva crisis económica cuyo impacto aún desconocemos.

BBVA es una de las entidades que no modificará su estrategia actual -así lo afirmó su consejero delegado, Onur Genç, durante la presentación de resultados del primer trimestre- y que supondrá la salida de entre 700 y 800 empleados en nuestro país en 2020. A Carlos Torres, como antes a Francisco González, no le gustan los ERE -son muy caros y, sobre todo, hacen mucho ruido-, y prefiere un ajuste ‘natural’ de la plantilla.

Y todo lo anterior, sin contar los procesos que han quedado paralizados por la emergencia sanitaria. Hablamos, por ejemplo, del ERE de Ibercaja, que supondrá el cierre de unas 150 oficinas y la salida de unos 540 empleados, o del ERTE que quiere llevar a cabo Liberbank. Mientras dure la pandemia no sucederá nada, pero es sólo la calma que precede a la tormenta.