Mark Zuckerberg no ha comenzado el año todo lo bien que le hubiera gustado. El juez federal James Boasberg ha desestimado el recurso de Meta, matriz de Facebook, contra la demanda presentada por la Comisión Federal de Comercio de EEUU.

La FTC acusa a la compañía de monopolio y de conductas anticompetitivas, por ejemplo, al comprar potenciales rivales como fueron en su día Whatsapp e Instagram. La FTC no denuncia esas adquisiciones -ella misma las autorizó en 2014 y 2012 respectivamente- sino el hecho de que se ha servido de su posición dominante para aplastar a rivales más pequeños y mantener el monopolio.

Facebook no ha tardado en responder. “La evidencia mostrará la debilidad de las alegaciones”, ha señalado en un comunicado, en el que ha defendido las dos adquisiciones antes mencionadas: “Ha sido bueno para la competencia y bueno para las personas y las empresas que eligen utilizar nuestros productos”.

De momento, la demanda sigue su curso, que no es poco. Facebook es, junto a Google y Twitter, los adalides de la censura del Nuevo Orden Mundial. Todo aquel que ponga en duda el consenso global sobre la ideología de género, incluido el aborto, la información oficial sobre el Covid y las vacunas, y el cambio climático, es censurado de una manera implacable por la red social. Hay que romper el monopolio de este ladrón -le quita la publicidad a los medios- y censor que es Facebook. Y hay que hacerlo cuanto antes.