Barceló tendrá que acostumbrarse a vivir con la mochila de la deuda financiera
Lo peor de 2020 para Barceló no fue tanto la paralización del negocio, que fue radical y llevó al grupo a perder 99,4 millones de euros frente al beneficio de 134 millones de 2019, como el aumento de la deuda financiera, que pasó en doce meses de 197,4 millones (diciembre de 2019) a 408,9 millones (diciembre 2020), según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil y recogidas por Cinco Días.
Ante la drástica caída del negocio y para hacer frente a la liquidez, el grupo de la familia Barceló, que se ha destacado siempre por tener una deuda mínima, tuvo que echar mano de créditos bancarios por un importe total de 868 millones de euros, de los que 362,9 millones fueron préstamos con garantía del Instituto de Crédito Oficial (ICO) que, en cualquier caso, también hay que devolver.
En definitiva, Barceló ha entrado en una espiral de la que le costará salir, si el sector turístico no remonta pronto. Y es que, en 2022, a la vuelta de la esquina como quien dice, deberá devolver 475 millones de euros. O eso o refinanciar la deuda para alargar los plazos y esperar a que la situación se normalice. La esperanza es lo último que se pierde.