Las últimas encuestas que dan como vencedor de unas hipotéticas elecciones a Albert Rivera han provocado muchos movimientos en las cúpulas de las principales entidades financieras de nuestro país. Todos los banqueros quieren conocer cuanto antes al que podría ser el próximo presidente del Gobierno. Y el tiempo vuela. Si don Mariano agota la Legislatura, los comisiones se celebrarán en verano de 2020, aunque lo más probable es que se adelanten a 2019.

Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter… nadie quiere quedarse atrás en esa carrera de saludar al vencedor y se apresuran para mantener un encuentro personal con Rivera. Y antes acuden a Caixabank para pedir consejo y conocer algún detalle de los inicios del político en Cataluña. En definitiva, los banqueros, como Julio César, acuden presuroso en auxilio… del vencedor.

Al margen del revuelo de las encuestas, lo cierto es que la banca se ha vuelto insípida, sin fusiones en el horizonte y con la reforma de las rurales paralizada. Otro foco de atención es Bankia, que ha cerrado una de sus mejores semanas bursátiles, con una subida el viernes del 1,05%, que se suma a la de jornadas anteriores. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri comenzará la semana en los 3,7 euros la acción. Desde luego, le han sentado bien las palabras de Román Escolano en las que aludía a la posibilidad de retrasar la fecha de su privatización, prevista para antes de 2020.

No podemos dejar de mencionar el Popular. Sólo dos apuntes: el juez Fernando Andreu no va a tomar ninguna decisión sobre el caso antes de recibir el informe que están elaborando los dos peritos del Banco de España designados por él. Y es muy poco probable que ese documento esté listo antes de la salida de Luis María Linde del Banco de España, fechada el 11 de junio.

Por cierto, en el Popular temen que, una vez concluido el ERE de los servicios centrales, el ajuste de la red sea aún más drástico. Nada hace pensar, de momento, que no vaya a ser así.