• Una periodista francesa se hizo pasar por una joven dispuesta a unirse a la causa yihadista, una investigación que relató en su libro 'En la piel de un yihadista'.
  • La periodista señaló "que la yihad 2.0 es muy peligrosa" y que les resulta muy fácil acceder a las jóvenes en la red.
  • Otro estudio inglés desvela que las mujeres occidentales que unen a la organización terrorista autodenominada Estado Islámico (EI) pertenecen, cada vez más, a clases acomodadas y bien educadas.
  • Aunque tienen una visión romántica de la aventura que a menudo se ve rápidamente disipada por la dureza de la vida de la "novia de un yihadista".
Dos estudios han analizado últimamente el comportamiento de los yihadistas. Anna Erelle es el pseudónimo de una periodista francesa que se hizo pasar por una joven dispuesta a unirse a la causa yihadista, una investigación que relató en su libro 'En la piel de un yihadista'. En una entrevista con TVE, la periodista señaló "que la yihad 2.0 es muy peligrosa" y que les resulta muy fácil acceder a las jóvenes en la red. En esa investigación consigue contactar con altos cargos del Estado Islámico, y desvela las tácticas psicológicas utilizadas para captar a las jóvenes occidentales. El perfil falso que utilizó para captar la atención es el de una joven influenciable con cierto vacío existencial y a un yihadista que por el día hace la guerra y los actos más atroces y por la noche la corteja a través de la red. Otro estudio británico analiza el fenómeno de reclutamiento femenino por el Estado Islámico. Se trata del documento del Instituto para un Diálogo Estratégico y el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización del King College de Londres. El estudio se llama 'Hasta que el martirio nos separe', informa Reuters. Algunas de las conclusiones: Las mujeres occidentales que unen a la organización terrorista autodenominada Estado Islámico (EI) pertenecen, cada vez más, a clases acomodadas y bien educadas, aunque tienen una visión romántica de la aventura que a menudo se ve rápidamente disipada por la dureza de la vida de la "novia de un yihadista". Y es que la vida real en los territorios controlados por la organización esta muy lejos de la imagen que veían retratada en la red. Las condiciones son duras y algunas se han convertido en viudas a una edad muy temprana. "La responsabilidad de las mujeres occidentales en las zonas bajo control del EI es, ante todo, la de ser una buena esposa para el marido yihadista con el que se comprometió y convertirse en una madre para la próxima generación del yihadismo ", señala el informe. "Sin embargo, también hay una visión de las quejas de la vida cotidiana de esas mujeres, a menudo en el país aislado en grave condiciones y las realidades de la vida dentro de una zona de guerra en un terrorista llevó territorio". Según el estudio, el perfil de reclutas femeninas es de mujeres cada vez más jóvenes, de ambientes confortables y, a menudo bien educados, y para las que de la propaganda y reclutamiento son "cruciales". Según los investigadores, "la suposición de que las mujeres que se unen al EI es principalmente para convertirse en 'novias de los yihadistas' es reduccionista y, sobre todo, incorrecta ", señala el informe. Entre las causas reales, las mujeres se sentían aisladas social y culturalmente, creían que los musulmanes estaban siendo perseguidos y estaban encolerizadas porque no se hace nada al respecto. Los reclutas masculinos, señala los investigadores, también fueron atraídos por una visión idealista del deber religioso, un sentido de hermandad, y una visión romántica de la aventura. Más de 550 mujeres de países occidentales han abandonado sus países y familias para unirse al Estado Islámico. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com