¿Qué es lo que ha pedido Rocío Monasterio, de Vox, para permitir al PP gobernar en Madrid?

Pues ha pedido, no que se deroguen las liberticidas leyes sobre identidad de género, es decir, leyes LGTB, de Cristina Cifuentes, sino tan sólo que se supriman los artículos que promocionan la enseñanza sobre ideología de género que ya se están impartiendo a los niños a partir de los cinco años. Vox Madrid tan sólo pide que sean los padres quienes decidan quién y cómo se educa a  sus hijos. ¡Cosa más ultraderechista!

Abascal debería convencerse de que Vox no nació para salvar “a la derecha”, sino para salvar los principios cristianos en la vida pública. De otra forma, desaparecerá

¡Ah! y que los colegios eduquen según el ideario al que se han comprometido. Por ejemplo, las escuelas católicas, enseñen un ideario católico. ¡Cosa más extremista!

Y, ya de paso, en alusión directa al corazón de la ideología de género que se extiende como una mancha de aceite, así como a los delitos de odio, Rocío Monasterio habla en el documento remitido a Ciudadanos y PP de la necesidad de no invertir la carga de la prueba en toda la normativa sobre homofobia. Es decir, que una persona no deba demostrar que no es homófoba, sino que sea su acusador, por ejemplo, el lobby LGTB, quien tenga que demostrar que esa persona odia.

Aunque me temo que esa expresión primaria de la más elemental justicia está poco realizable si no se derogan las dos normas LGTB de doña Cristina Cifuentes, que no era de Podemos sino del PP. Hablo de -tomen aire- las leyes de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y de No Discriminación de la Comunidad de Madrid y Protección Integral contra la lgtbifobia.   

Si Vox acepta los principios de la derecha pagana de PP y Ciudadanos, su próxima cita con las urnas será fatal

Sin embargo, el señor Aguado, de Ciudadanos, está escandalizado por las pretensiones de la ‘ultraderecha’ de Vox para gobernar en Madrid. Mientras, Rocío Monasterio tiene otro frente abierto, el más peligroso, en el propio seno de Vox.

Santiago Abascal debería convencerse de que Vox no nació para salvar “a la derecha”, sino para salvar los principios cristianos en la vida pública. De otra forma, desaparecerá. De hecho, entre Andalucía y el 28 de abril ya perdió votos, entre el 28-A y el 26-M, más aun. Si Vox acepta los principios de la derecha pagana de PP y Ciudadanos, su próxima cita con las urnas será fatal y acabará en la marginalidad.

Y es que cuando solicitar que los padres puedan educar a sus hijos según sus convicciones resulta una forma de extremismo y radicalismo, entonces, don Santiago, no estamos para pactos políticos, sino para coherencia personal.

Si se trata de defender la libertad de enseñanza merece la pena forzar nuevas elecciones en Madrid.