La reacción chulesca y repleta de mohínes, de Pedro Sánchez ante el anuncio de Santiago Abascal de que iba a lanzar una moción de censura contra el Ejecutivo, demuestra que la iniciativa de Vox ha resultado, en efecto, un acierto. Cuando el presidente del Gobierno no se inmuta es que el adversario no ha dado en la diana. Pero su narcisismo es de tal calibre que, cuando le tocan, reacciona con burlas gestuales y sonrisas eléctricas que no logran ocultar su “inquietud y perturbación”. 

Abascal tiene que hablar más de Economía y convertirse en el defensor de la olvidada propiedad privada, la alternativa posible y deseable

Ahora bien, lo del miércoles en el Congreso es una buena idea de Vox… mal presentada: señor Abascal, si lanza una moción de censura, es para capitanearla, no para ofrecerle a Pablo Casado que la capitanee él. Lo de menos es que Abascal quiera o no quiera asumir el protagonismo: el caso es que tiene que hacerlo. Además, Vox es un partido cristiano, el PP ha dejado de serlo, Serían dos mociones de censura distintas.

¿Hay razones para lanzar hoy en España una moción de censura contra el Gobierno de Sánchez e Iglesias? Desde luego que sí. Con los Picapiedra, España vive en estado de emergencia y en guerracivilismo permanente y cristófobo.

Para Vox, la moción puede resultar excelente para recuperar el protagonismo perdido y, sobre todo, para definirse

Ahora bien, si lanzas una moción de censura tienes que definirte, tienes que plantear un programa alternativo creíble. Por ejemplo: Santiago Abascal tiene que hablar más de Economía y convertirse en el defensor de la olvidada propiedad privada, la alternativa. Y esto porque en otros asuntos, Vox se ha mostrado como un alternativa. Ejemplo, en la libertad de enseñanza, con el cheque escolar. Sin embargo, en economía, la palabra liberalismo -que significa, antes que nada, defensa de la propiedad privada, que no de los intereses privados- todavía no está bien vista en muchos sectores, falangistas, de Vox. Y así, los de Abascal fracasan cada vez que pretenden mostrarse como un alternativa a lo políticamente correcto y a lo parlamentariamente imperante, que es la socialdemocracia estatista y el capitalismo de gran empresa, los dos depredadores de las economías familiares. O sea, el sanchismo.

Insisto: No puede ser que el alma falangista se imponga la alma cristiana de Vox.

Regenerar España es exactamente lo mismo que recristianizar España

Por lo demás, la moción de censura supone, para Abascal, una buena iniciativa para recuperar el protagonismo perdido, para volver a ser el Pepito Grillo de la política española y, sobre todo, para definirse de una puñetera vez.

Recuerden: Vox no es un partido de extrema derecha, es un partido católico. Como partido cristiano, sus adversarios le califican de ultra, pero sólo por eso: por defender principios y valores cristianos. El día que deje de hacerlo se diluirá, como le ha ocurrido al PP.

Ahora bien, Vox tiene dos tareas pendientes: definirse con más claridad, también en economía, es decir, en lo referente al bien común, y ofrecer un programa regenerador, es decir, cristiano, no conformarse con criticar al muy criticable discurso político imperante hoy en día en España. Eso es mucho pero ni mucho menos suficiente para regenerar un país. Hay que presentar una alternativa. La moción de censura supone un momento idóneo.

Y regenerar España es exactamente lo mismo que recristianizar España. Pero si la planteas, estás obligado a dirigirla.