Después de un tiempo en el que se hablaba de poner límite a la edad de los directivos en los organismos y en las empresas, con el fin de rejuvenecer las cúpulas, volvemos a la gerontocracia… empezando por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha levantado el límite máximo de edad (fijado en 65 años) para su dirección. Así, elimina la principal traba para que la búlgara Kristalina Georgieva pueda ser la nueva directora gerente, pues hace poco más de tres semanas cumplió 66 años.

Desde el 2 de enero de 2017, Georgieva es la consejera delegada del Banco Mundial (BM) pero pronto podría cambiar de puesto. Como saben, a principios del pasado agosto, fue elegida como candidata europea a la dirección gerente del FMI, es decir, a relevar a Christine Lagarde, que se postula para suceder a Mario Draghi en el Banco Central Europeo (BCE). Al fin y al cabo, no se puede olvidar que en los 75 años de historia del FMI (nació en julio de 1944 tras los acuerdos de Bretton Woods y pese al nombre es en realidad una especie de banco), siempre ha estado al mando un europeo… Y es que hay un pacto no escrito entre Europa y EEUU por el cual el primero nombra al jefe del FMI y el segundo, dice quién va al BM.

La búlgara fue el último 'nombramiento' de Barack Obama, el hombre del Nuevo Orden Mundial y el presidente más cristófobo que haya vivido en la Casa Blanca.

Los objetivos de Georgieva: cambio climático e igualdad de género. Ya sabemos por dónde va

Georgieva tiene un plan de trabajo progre, cómo no, pues el cambio climático y la igualdad de género son sus temas principales (con este último, lleva muchos años comprometida). Y parece que podrá ponerlo en marcha en el FMI, pues no tenía “ninguna intención de retirarme”, como señaló en una entrevista a El País. A sus 66 años, esta economista búlgara tiene una larga trayectoria en puestos destacados: empezó en el BM, donde llegó a vicepresidenta en 2008, años después pasó a comisaria europea de Desarrollo en el Ejecutivo europeo de José Manuel Durao Barroso y después a vicepresidenta del Presupuesto de la UE en el de Jean-Claude Juncker (donde tuvo a la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, como mano derecha), y de ahí, volvió al Banco Mundial, en 2017.

Algunos miembros de las cúpulas de la gran empresa y de la banca española se habrán alegrado de la decisión del FMI...