El grupo Volkswagen ha confirmado que frenará en 2020 por el impacto de la pandemia del coronavirus, por lo que no será un año tan bueno como 2019: caerán las ventas, los ingresos y las ganancias operativas, aunque espera que estas sigan siendo positivas. Así lo ha señalado al presentar sus resultados del primer trimestre, días después de avanzar unas malas cifras preliminares.

“La pandemia mundial de Covid-19 impactó sustancialmente nuestro negocio. Hemos tomado numerosas contramedidas para reducir costos y garantizar la liquidez y continuamos estando sólidamente posicionados financieramente”, ha afirmado Frank Witter, miembro del Consejo de Administración y responsable de Finanzas y TI. “La salud de nuestros empleados y proveedores sigue siendo la clara prioridad”, ha añadido, coincidiendo con el reinicio gradual de la actividad de las fábricas fuera de China (donde ya se había reanudado hace más de un mes).

Seat (-20,6%), la marca que más baja sus ventas entre las cuatro principales, superando a Volkswagen (-16%), Škoda (-13,7%) y Audi (-12,1%)... y pierde 48 millones

El gigante automovilístico alemán ha confirmado que el beneficio operativo ha caído en 3.900 millones (-81,4%), hasta los 900.000 euros, frente a los 4.800 millones de hace un año. Los ingresos se han situado en 55.100 millones (-8,3%) y las ventas han caído un 23%, hasta los 2 millones de unidades. Por su parte, el flujo de caja neto ha bajado en 4.500 millones, siendo de 2.500 millones negativos y la liquidez neta ha pasado de los 21.300 millones de finales de 2019 a 17.800 millones.

Por marcas, todas (Volkswagen, Audi, Škoda, Seat, Porsche, Volkswagen Comerciales, Scania y Man) han tenido menores cifras de ventas, excepto Bentley, que ha pasado de 2.584 coches a 3.302, elevando su beneficio operativo a 56 millones pese a menores ingresos (620 millones). La marca Volkswagen ha vendido 765.000 unidades (-16%), ha ingresado 19.000 millones (-11,9%) y ha reducido su ganancia operativa a la mitad, situándola en 481 millones. Le sigue Audi, con 268.000 coches (-12,1%), 12.500 millones de ingresos y un beneficio de 15 millones. La filial checa Škoda ha vendido 237.000 vehículos (-13,7%), ha facturado 4.800 millones y ha ganado 103 millones. Por su parte, la filial española Seat ha reducido sus ventas un 20,6%, hasta 140.000 unidades, y sus ingresos han bajado un 16,2%, a 2.600 millones; con un resultado operativo que ha pasado de 89 millones a uno negativo de 48 millones en un año por los menores volúmenes.