• Tras la enorme conmoción por el homicidio de Rubén Espinosa, México DF aprueba una nueva ley para incrementar la seguridad de los periodistas.
  • El paquete medidas contempla la protección de guardaespaldas y el suministro de chalecos antibalas.
  • No es para menos: México ocupa el puesto 148 sobre 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Es uno de los países más peligrosos del planeta para los informadores.
  • Las autoridades de la capital son parte del problema. Ha habido más de 290 agresiones de policías a reporteros en los últimos tres años.
  • En México, el 90% de los crímenes contra periodistas queda impune.
Después de la enorme conmoción generada tras el asesinato al fotoperiodista Rubén Espinosa, el país mexicano intenta poner los medios para impedir que sigan sucediéndose está clase de crímenes. No será empresa fácil. México es uno de los países más peligrosos del mundo para los que ejercen el oficio de informar. Ocupa la posición 148 sobre 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2014, elaborada por Reporteros sin Fronteras (RSF). Solo en la última década han sido asesinados más de 80 periodistas, y 17 permanecen desaparecidos. El Gobierno de la Ciudad de México, en manos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ha promulgado un paquete de medidas para incrementar la seguridad de los periodistas. Esta nueva ley ha entrado ya en vigor, después de ser aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. El Consejero Jurídico de la capital mexicana, Manuel Granados, ha asegurado que todas las instituciones del Gobierno de la ciudad estarán volcadas en garantizar la seguridad de los periodistas, incluido su hospedaje en caso de necesidad, cursos de autoprotección e incluso su vigilancia por parte de escoltas y el suministro de equipos de seguridad y chalecos antibalas. "La solicitud de estos servicios tendrá formularse por escrito", ha declarado Granados. Pero el asunto es más complejo. Las autoridades encargadas de velar por la seguridad de los periodistas son parte del problema. Según denuncian las organizaciones civiles de la capital mexicana, entre 2012 y 2015 ha habido más de 290 agresiones a reporteros, ocurridas sobre todo durante la cobertura de protestas. Manuel Granados ha reconocido que es necesario modificar los protocolos de actuación de la policía para impedir que acometan estos excesos. Mientras, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) continúa investigando la muerte de Rubén Espinosa, asesinado junto a la activista Nadia Vera y tres mujeres más el pasado 31 de julio en la capital del país. El director de la ONG internacional Artículo 19, Darío Ramírez, recuerda que en México el 90% de los crímenes a periodistas queda impune. Daniel Esparza daniel@hispanidad.com