• "Que se gasten el dinero en medicinas y no en bombas lacrimógenas", reclamaba otra mujer.
  • Muere un cura de 35 años en un hospital por falta de antibióticos.
  • Cardenal Urosa: el Gobierno ataca porque no tolera crítica alguna.
  • Los gobiernos de nueve países de Iberoamérica condenan "enérgicamente" la violencia en Venezuela.
  • Y Maduro, en su mundo paralelo, pide iniciar una investigación contra Movistar en el país.
La escalada de tensión en Venezuela continuó con la que fue bautizada como "madre de todas las marchas". Miles de partidarios de la oposición salieron el jueves por segundo día consecutivo a las calles de Venezuela para protestar contra el presidente Nicolás Maduro, a quien acusan de haber desvirtuado su Gobierno al convertirlo en una dictadura. Contra ellos, cientos de efectivos de seguridad vestidos con equipos antimotines y usando bombas lacrimógenas bloquearon nuevamente el paso de los opositores que intentaron llegar al centro de la capital desde varios puntos de Caracas, informa Reuters. De hecho, 54 menores fueron evacuados del Hospital Materno Infantil Hugo Chávez, en el barrio de El Valle. Vecinos en la zona denunciaron en las redes sociales disparos y lanzamientos de bombas lacrimógenas por parte de la policía y los colectivos chavistas para dispersar las protestas contra Nicolás Maduro, según Infobae. "¡Que se gasten el dinero en medicinas y no en bombas lacrimógenas que lanzan contra la gente", decía la venezolana Gutiérrez, de 58 años, informa El País. Otra mujer, Hilda Rojas, decía:  "Queremos elecciones ya, salir de esta dictadura. Maduro está asustado porque sabe que ya hace rato que perdió el pueblo". Un ejemplo refleja el desabastecimiento que, entre otras cosas, sufre la población venezolana. El sacerdote José Luis Arismendi, de 35 años, esperó durante dos días los medicamentos que necesitaba para el tratamiento de lo que se piensa que era una meningitis en el Hospital Universitario de Los Andes en Mérida, Venezuela, (HULA, iahula.merida.gob.ve). Eran básicamente antibióticos. No llegaron a tiempo y murió, informa Religión en Libertad. En las redes sociales venezolanas comentan el caso con frases como "ha muerto otro venezolano por falta de medicinas". Es evidente que el hecho de que fuera un sacerdote, un hombre joven y fuerte y que falleciera en un hospital, pero desprovisto de las medicinas más básicas, refuerza la imagen de ineficacia del sistema sanitario de Venezuela, un país que cuenta con muchos recursos naturales, petróleo y una clase técnica suficiente, pero que, simplemente, no funciona. En ese contexto, el Arzobispo de Caracas (Venezuela), cardenal Jorge Urosa Savino, señaló que los obispos siempre han tenido "una actitud respetuosa ante el gobierno", sin embargo, este "no acepta críticas de ningún tipo" y por ello ataca a quienes señalan el deterioro económico, político y social en que se encuentra el país, en declaraciones a ACI Prensa. El Purpurado rechazó "la violencia política" y "con respeto y firmeza" pidió "que cese la represión a las manifestaciones del pueblo". Sin embargo, estas palabras le valieron ser atacado también por el gobernador de Mérida y miembro del régimen chavista, Alexis Ramírez, quien acusó a los cardenales Urosa y Baltazar Porras de generar violencia para derrocar al gobierno. Pero los venezolanos no se van a quedar parados. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a sus huestes a congregarse nuevamente en protesta en sus comunidades este viernes. Lo harán en los barrios y urbanizaciones, el sábado prometen volver a marchar, y también el próximo lunes, con un "parón" contra el chavismo. Y mientras, los gobiernos de nueve países de Iberoamérica han condenado "enérgicamente" los episodios de violencia registrados en los últimos días en Venezuela, lamentando la pérdida de vidas humanas, recoge El Economista. En un comunicado conjunto, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y Uruguay han pedido "la adopción de medidas concretas de todas las partes para reducir la polarización y crear las condiciones necesarias para enfrentar los desafíos del país en beneficio del pueblo venezolano". "Reafirmamos que es urgente que las autoridades venezolanas adopten medidas para asegurar los derechos fundamentales y preservar la paz social", han señalado. ¿Y qué hace mientras el presidente-dictador, Nicolás Maduro? Sigue en su mundo paralelo, un mundo virtual. Lo último es que ha solicitado una investigación contra la empresa de telecomunicaciones Movistar, filial de la española Telefónica, por supuestamente enviar mensajes masivos de convocatoria a una marcha multitudinaria contra su Gobierno, informa Reuters. "Movistar cada dos horas mandaba millones de mensajes a los usuarios de teléfono, internet, más de 100 millones de dólares. Nunca se había hecho eso antes en Venezuela, ni siquiera para una campaña", agregó Maduro. Lo dicho: los venezolanos viven un infierno que no se merecen. La pregunta es hasta cuñando aguantará Maduro la cada vez mayor presión social… José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com