Seis años después de iniciar su primer mandato en medio de los sobresaltos que generó el fallecimiento de su antecesor y padre político Hugo Chávez, el dictador Nicolás Maduro arranca el jueves su controvertido segundo sexenio con un panorama nada fácil, con una creciente presión internacional y una crisis sin precedentes que ha desatado una de las mayores migraciones de la región, recoge Infobae.

Maduro, un ex chofer de autobús y dirigente sindical de 56 años, se juramentará como presidente ante el Tribunal Supremo de Justicia en un hecho inédito y en abierto desafío a la Asamblea Nacional -controlada por la oposición- que se negó a juramentarlo alegando que su reelección es ilegal y que le advierte que estaría usurpando el Poder Ejecutivo.

Tenemos una legitimidad poderosa, histórica, pero además tenemos una legitimidad concreta de votos

Con el rechazo de la mayoría de sus vecinos de la región y la Unión Europea que no reconocen su reelección, aunque con el apoyo de sus estrechos aliados como Rusia, China, Turquía, Irán, Cuba y Bolivia, el dictador izquierdista deberá lidiar desde el primer día de su segundo sexenio con más cuestionamientos y presiones de la comunidad internacional.

Maduro quita hierro a los cuestionamientos que hacen los opositores y la comunidad internacional al proceso electoral del 20 de mayo en el que alcanzó la reelección. "Tenemos una legitimidad poderosa, histórica, pero además tenemos una legitimidad concreta de votos", señaló en la víspera.

El ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López, le dijo a Maduro que dejara el cargo o que aceptara su renuncia

Sin embargo, el dictador venezolano también es cuestionado desde el propio régimen. El ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López, le dijo que dejara el cargo o que aceptara su renuncia, según reveló este miércoles el diario The Washington Post. El rotativo, que cita a un oficial de inteligencia estadounidense que habló bajo la condición del anonimato, señala que, sin embargo, Padrino López todavía no ha cumplido su amenaza.

Además, Venezuela está sumida en una profunda crisis económica y social con una hiperinflación de siete dígitos y una fuerte recesión que se ha extendido por cuatro años consecutivos. Las dificultades económicas han desatado una masiva migración de venezolanos en la región que Naciones Unidas estima en unos 3,3 millones de personas.

A ese escenario adverso se suma la postura de mayor confrontación contra Maduro que emprendió a partir del 5 de enero la Asamblea Nacional, que se asume como "único poder legítimo electo" y que amenaza con iniciar este año un "proceso de transición" para renovar los "poderes usurpados" que podría incluir la presidencia, situación que presagia nuevas tensiones políticas.

La ONU proyectó que para este año cerca de dos millones de personas más podrían migrar de Venezuela e irse diferentes países de la región. Asimismo, el Fondo Monetario Internacional estima que en el 2019 la hiperinflación podría acelerarse y alcanzar 10.000.000 % y mantenerse la recesión económica.