Según informa ABC, el dictador venezolano Nicolás Maduro, a mediados del año pasado, anunció el Plan de Minería 2019-2025 para posicionar las fortalezas y potencialidades de la actividad minera «como eje impulsor» de la economía del país y como alternativa a las reducidas entradas económicas del mercado petrolero. Para entonces, el líder chavista hablaba de que Venezuela tenía que convertirse en una potencia minera con su nocivo proyecto al cual definía paradójicamente como ecológico.

El plan tiene como finalidad generar una entrada de 33.000 millones de euros, gracias a la exploración y explotación de 13 minerales, entre ellos el oro, diamante, bauxita, hierro, níquel, feldespato y fosfato, con alianzas de empresas nacionales e internacionales, añade el mismo medio.

Y el pasado 8 de abril, la dictadura chavista de Venezuela declaró seis ríos del estado de Bolívar (sur) aptos para la explotación de oro y diamante dentro del proyecto del Arco Minero, que contempla una zona de 111.000 kilómetros cuadrados, equivalente a 12,2% del territorio venezolano, mayor a la superficie de Portugal. Según el régimen venezolano, solo en oro se podrían extraer 2.236 toneladas que representa unos 94 mil millones de euros. El país es la quinta reserva de oro en el mundo, y Maduro aspira que llegue al primer lugar, afirma ABC.

Y todo ello para tratar de conseguir dinero, ante la ruina del país, a la que le ha llevado el propio Maduro y su dictadura.