• Maduro quiere seguir después de convertir Venezuela en una dictadura y que su población, hambrienta, sufra a diario la violencia y criminalidad.
  • La oposición está fragmentada y muchas de sus principales dirigentes, inhabilitados o en prisión.
  • Clamor contra Maduro, dentro y fuera del país: ha arruinado la economía petrolera y utiliza las elecciones para mantener en el poder al Partido Socialista.
El pasado martes, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela aprobó por unanimidad celebrar las elecciones presidenciales en el país durante el primer cuatrimestre del año -finales de abril, probablemente-, según una propuesta del constituyente Diosdado Cabello, informa HispanTV. Como cabía esperar de un dictador que quiere perpetuarse en el poder, el presidente-dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, asumió al día siguiente la candidatura del oficialismo (chavismo) a la Presidencia para el período 2019-2025, dando así inicio a la campaña para las elecciones. "Desde aquí, desde este patio de sueños, yo les digo a ustedes, hermanos y hermanas: asumo la candidatura presidencial para el período 2019-2025", declaró el mandatario venezolano durante un evento celebrado en Caracas (capital). De igual modo, juró que será el candidato de la "clase obrera" y de los "humildes" venezolanos, a quienes ha prometido que no les vaya a "fallar". Asevera también que su meta es obtener 10 millones de votos. "Somos más futuro que historia", enfatizó el jefe de Estado, para luego destacar que ha aceptado la candidatura del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a solicitud de la clase obrera. De ser elegido, Maduro cumpliría un tercer mandato, desde 2013 cuando tomó las riendas del país bolivariano tras una votación reñida en la que obtuvo 7.505.338 votos frente a 7.270.403 sufragios de su rival Henrique Capriles, actualmente inhabilitado. La fecha beneficia la candidatura de Maduro, una vez que sus adversarios, los opositores, que convocaron meses de protestas el año pasado buscando presionar sin éxito su salida, terminaron divididos en medio del dilema de abstenerse o participar en cualquier proceso de votación, que creen fraudulento. Además, algunas figuras de la oposición han sido inhabilitadas para competir o bien se encuentran encarceladas. La oposición culpa a Maduro de haber arruinado una economía petrolera y convertir a Venezuela en una dictadura, en la que las elecciones se usan para perpetuar en el poder al Partido Socialista. A lo que cabe añadir que no solo la ha convertido en una dictadura sino en un país en el que la población pasa hambre y sufre la violencia y la inseguridad en las calles porque la criminalidad campa a sus anchas. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com