Abengoa salvó su segunda bola de partido. Ahora bien...

El presidente ejecutivo de Abengoa, Gonzalo Urquijo, cobró 2,07 millones de euros en 2019, de los que un millón correspondió al sueldo fijo y el resto, al variable. Una remuneración que contrasta, por ejemplo, con la que percibió José Ignacio Goirigolzarri, presidente ejecutivo de Bankia, que no superó los 500.000 euros en concepto de sueldo fijo y 106.000 euros de variable.

Me dirán que la remuneración de Goiri es baja porque es una entidad nacionalizada y rescatada, y es cierto, pero también lo es que en 2019, Abengoa perdió 517 millones de euros y, claro, cobrar casi un 40% más que en el año anterior (en 2018, Urquijo ganó cerca de 1,5 millones), cuando la empresa ha perdido más de 500 millones, no parece muy adecuado. Y, en parte, también ha sido salvada por el Estado.

Así lo ven los accionistas, que en la última Junta mostraron su descontento: el 24,7% votó en contra de las remuneraciones de 2018 y el 25,6% se abstuvo. Menos de la mitad, sólo el 49,6%, votó a favor, según el informe de remuneraciones remitido el jueves a la CNMV.

Mejor noticia ha sido el resultado que ha publicado este viernes 7 Abengoa, correspondiente al primer trimestre: ganó 25 millones, frente a los 144 millones que perdió hasta marzo de 2019. Mejoraron las partidas más significativas: las ventas aumentaron un 11%, hasta 367 millones de euros y el Ebitda creció un 61%, hasta 74 millones.

El jueves, la compañía firmó el tercer plan de refinanciación en cuatro años que marca el camino hacia su supervivencia. Los resultados hasta marzo permiten soñar con esa recuperación definitiva.