• El fondo de capital riesgo KKR marca el ritmo al grupo, tanto para 'comerse' el 70% de su negocio como para el baile de cambios en la cúpula.
  • En la junta de junio, tomará el control de la 'joya de la corona' de Uralita, la división de aislantes (Ursa), tras una ampliación de capital.
  • Javier Serratosa se va y no se va: abandona la presidencia de Uralita, pero seguirá en Ursa, de la mano de KKR.
  • Le sustituye un hombre de la casa, Javier González, al que acompañará como vicepresidente el otro Serratosa, Gonzalo.

Demasiados cambios en Uralita y en poco tiempo y al compás que impone un fondo de capital riesgo como KKR, que no es precisamente una monja de la caridad. Por un lado, el consejo de administración comunicó el pasado miércoles el relevo en la presidencia. Abandona Javier Serratosa (en la imagen, junto a su padre, Emilio), quien ha estado al frente de la compañía en los últimos trece años (desde 2002), y le sucede un hombre de la casa, Javier González, hasta ahora secretario general del grupo. Se incorporó a Nefinsa, la firma de los Serratosa, y a Uralita en 1999. Y por otro lado, la empresa ha comunicado este jueves a la CNMV el único fleco que quedaba: la venta al mismo fondo de Ursa Insulation Holding, división de aislantes del grupo, que se aprobará en la junta de accionistas del 22 de junio. Sin la filial de aislante, Uralita ya no será la misma: se le escapa un negocio que le aportaba 407 de los 562 millones de facturación. Quien mal anda, mal acaba, como Uralita, en manos de los fondos buitre, les comentábamos el otro día, en alusión al refrán de las buenas compañías. Pero en este caso, por imperativo de la realidad. Los cambios en Uralita -propiedad en un 80% de la familia Serratosa- son la consecuencia del acuerdo firmado hace dos años con KKR para salvar su deuda. El fondo le abrió una línea de 320 millones para salir del paso. La empresa no pudo cumplir con el fondo, y éste, tomando mando en plaza, se ha quedado con el 70% de su negocio. Así, de un plumazo. Lo pactado es lo pactado. Y a partir de ahí pueden comprender el resto. La junta aprobará el traspaso de Ursa a los acreedores, con KKR al frente, en el marco de un nuevo acuerdo de reestructuración de la deuda financiera. Habrá una ampliación de capital para tomar el control y, según lo previsto, la participación de Uralita se reducirá al 10%. No es nuevo. ¿Cual es el futuro de Uralita sin el negocio medular de aislantes? Seguirá siendo un fabricante de materiales de construcción dedicado a lo que menos le aportaba (el 30% de la facturación: el negocio del yeso y de las tuberías). No parece mucho, pero espera alcanzar con ello una facturación próxima a los 130 millones y entrar en Ebitda positivo el próximo año, una vez cerrada la reestructuración de su deuda. Esos son los planes, a los que hay que acompañar que, sólo en el primer trimestre de este año, Uralita perdió 18,9 millones de euros, un 18% más, y que redujo un 1,9% su resultado bruto de explotación, hasta 9,1 millones. Y ahora el baile de cambios, aunque todo queda entre familiares y afines. Javier Serratosa, en efecto, deja la presidencia del grupo, pero no se marcha del todo. Me explico. Su nuevo destino es Ursa, la división de aislantes ahora controlada por KKR. Seguirá, además, como presidente y consejero delegado de la firma familiar, Nefinsa. Al nuevo presidente de Uralita, Javier González, le acompañará como vicepresidente otro Serratosa, Gonzalo. Gonzalo era hasta ahora el director de las participadas de Uralita y seguirá como vicepresidente de Nefinsa. El vínculo entre todos ellos está en el patriarca, don Emilio Serratosa, presidente de honor de Nefinsa, ex presidente de Air Nostrum y ex consejero de Gamesa y del Banco Popular. Rafael Esparza