Tras la publicación de los resultados del banco andaluz Unicaja correspondientes al primer semestre de 2019, la cotización de la acción cae más de un 1%, en una mañana en la que el IBEX-35 o el IGBM están planos. Ello a pesar de que en el primer semestre de 2019 sus resultados han crecido un 11,4% respecto a igual periodo de 2018. En el fondo, la acción del banco-caja que preside Manuel Azuaga, tan solo ha continuado la deriva que comenzó el año pasado. No hay que extrañarse. El sector bancario español es el más castigado en bolsa: no hay piedad. Con los tipos que plantea Mario Draghi, la banca doméstica, es decir, la española, resulta la más afectada. 

Analizando los resultados, el margen de intereses este junio ha sido de 293 millones (-3,3%) y el bruto se ha mantenido en €494 millones (+0,6%), todo ello respecto de igual periodo del año anterior, debido, en parte, al impulso de las comisiones, que han crecido un 5,2%. Esta caída del margen de intereses parece excesiva, dada la evolución que han tenido los tipos hasta fechas muy recientes, con lo que no se nos antoja un buen panorama de futuro.

Gracias a menores gastos en administración (3,9%) se alcanza un margen de explotación de 192 millones (+6,2%) y un resultado de ejercicio de 116 millones (11,4%). Sin embargo, hay más detalles que poner sobre la mesa. Está claro que, cómo no tienen claro cómo hacer negocio, han decidido hacerlo al menos empleando los menores recursos posibles.

Los flojos ROE y ROA explican la renuencia de los inversores por el valor... y por el conjunto de valores bancarios cotizados.

El rendimiento neto sobre los activos totales medios (ROA) es de un 0,4%, y sobre los fondos propios medios (ROE) un 6%, por lo que explica en gran parte la evolución bursátil. Con estas rentabilidades es imposible atraer inversores y la acción ha entrado en un camino de aburrida indolencia donde va perdiendo, poco a poco, atractivo y precio. Lo único positivo que se puede decir de estas bajas rentabilidades es que se mantienen en el tiempo y, aunque parecía que comenzaban a repuntar con el cierre del trimestre anterior, no ha sido así finalmente.

Los niveles de solvencia se mantienen dentro de lo habitual en el sector y un 0,5% menor que en junio del año pasado, con un CET1 del 14,8%, y fully loaded de 13,2%, queriendo destacar un excedente de 1.436 millones sobre lo que exige el supervisor. No obstante, la ratio de cobertura de liquidez del 470% ha caído hasta alcanzar los 336%, y los activos líquidos disponibles son ahora de €11.937 millones, cuando hace 6 meses se gestionaban €13.939 millones, y ya saben de la importancia de la liquidez, sobre todo desde que la ponderación de la liquidez necesaria viene marcada por los reguladores y la utilizan caso del Banco Popular. A conveniencia. Sí, es injusto… pero es.

El crédito al sector privado se ha mantenido en un +0,9% interanual, ganando relevancia en empresas (+10,3%) frente a particulares (-2,3%), sobre todo en Pymes y autónomos. Sin embargo, particulares pesa €17.917 millones (de los cuales 15 mil millones son con Garantía Hipotecaria) y empresas €7.038 millones. Es decir, que si sumamos, además, la caída del 5% en el crédito (no instrumentado en títulos valores) a administraciones públicas (1.557 millones este periodo), como resultado final, la entidad en realidad pierde un 2% en el crédito total. Sin embargo, lo que no deja de subir es la Deuda Pública, que lo hace en más de un 25% durante los últimos doce meses. La Deuda Pública lleva camino de ser el único activo de las entidades bancarias, dado el precio del dinero y el consiguiente riesgo de todo préstamo.

Lo mejor, la reducción de dudosos y la mejora en provisiones… pero falta rentabilidad

Como buenas noticias el saldo de dudosos pasa de 2.340 millones a 1.731 millones en el tramo de un año, lo cual ayuda en la salud de la entidad. Los activos no productivos siguen disminuyendo año tras año, con una bajada en este periodo de €778 millones, un 18,9% en 12 meses. La ratio de morosidad disminuye a 5,9% desde niveles de 7,6% interanual. quedando cerca de la media del sector.

Sin embargo, el descenso en muchas de las magnitudes importantes no arroja grandes cambios en la entidad, lo cual deja la acción, como decíamos al principio, en un punto donde no hay indicaciones de hasta donde pueda llegar.

Unicaja es una entidad en ‘stand-by’ que se dice en el idioma pedante-financiero. Como otras entidades de tamaño medio y no especializadas, no parece tener muchas posbilidades en un negocio donde el tamaño, ahora sí que importa. Gestión ortodoxa pero, dado como ha puesto don Mario Draghi el negocio, la gestión ortodoxa e higiénica podría no ser suficiente. Habrá que buscar la especialización.