• La entidad andaluza se la juega en la segunda parte, tras la salida a bolsa, según el consenso del mercado.
  • A la asturiana la están manteniendo, librándola de las posiciones cortas, en principio hasta el día 12.
  • Unicaja tiene problemas, pero no preocupa, aunque el FROB tiene que salir, del todo, de España Duero.
  • Liberbank sí preocupa porque lo que está en cuestión es su viabilidad en solitario.
Dos ex cajas, Unicaja y Liberbank, con dos destinos desiguales, aunque problemáticas ambas, según el consenso en el sector bancario. La primera depende de sí misma y puede mantener su independencia. La segunda tiene más complicado ese escenario y parece condenada a ser absorbida. Liberbank acelera su normalización con operaciones como la venta de su filial inmobiliaria Mihabitans, en agosto, por 85 millones a Haya Real Estate, lo mismo que Unicaja, este martes, al vender una cartera de suelo a Neinor por valor de 100 millones de euros. La gran diferencia entre las dos está en el horizonte. Han sido igual de castigadas por las exigencias de recursos propios y las consignas de Basilea -y necesitan capital, por eso venden, o adelgazan plantillas-, pero mientras Manuel Menéndez (a la derecha, en la imagen) ha recibido un flotador para Liberbank contra el embiste de las posiciones cortas, Unicaja ya está en la segunda parte del partido, tras la salida a bolsa, donde también se la juega. La caja asturiana se enfrentará a la realidad el próximo día 12, cuando la CNMV tiene previsto levantar la prohibición de las posiciones cortas. O las puede mantener, como ya hizo en julio, tras el pánico en junio, pero no indefinidamente. De momento ha estado blindado por la misma excepción que ensayó la CNMV entre agosto de 2011 y febrero de 2012 para rebajar la volatilidad del sector bancario. Mientras el riesgo que pesa sobre Liberbank es muy elevado -hasta el punto de cuestionar  su viabilidad en solitario-, la situación de Unicaja es distinta. Ha pagado ya al FROB las ayudas que recibió (604 millones) tras la emisión de obligaciones contingentes convertibles (CoCos) por la absorción de Caja España Duero, un problema menos ya que significa que el Estado se desentiende de la caja que aún lidera Braulio Medel (a la izquierda, en la imagen), pero no ha comprado todavía el 21% del FROB en esa entidad, valorado en 62 millones. Y a eso se unen otras incógnitas. Los fondos conseguidos por Unicaja con la salida a bolsa han sido decisivos, al tiempo que Medel no ha renunciado al plan B (dual cash): la venta de una participación. Hablamos de un periodo relativamente corto de tiempo, en el que comenzó a cotizar a 1,10 euros (ahora cotiza a 1,31), pero los analistas se resisten a darle más recorrido alcista por los propios problemas que arrastra. Uno de esos problemas está en el impacto real de las cláusulas suelo, que influirá en la cotización. Los litigios siguen y la propia entidad ha reconocido que es posible que las provisiones sean insuficientes. Y a eso se añaden otros dos, que también influirán en la cotización: el escenario macroeconómico (la débil recuperación del crecimiento del PIB o la elevada tasa de paro) y los bajos tipos de interés (con el impacto consiguiente en sus márgenes). El último escalón es la calidad de sus activos, que dependen de la morosidad en sus préstamos morosos y las provisiones a las que puede o no obligar. Rafael Esparza