La Comisión Europea desveló esta semana su plan de recuperación económica para los próximos años tras la grave crisis generada por la pandemia del coronavirus. Este plan se concreta en ayudas por un valor total de 750.000 millones de euros en dos años.

Recordemos que de ellos, España podría acceder a 140.446 millones de euros. Concretamente, 77.324 millones llegarían a través de ayudas directas a fondo perdido y 63.142 millones por medio de préstamos baratos.

Pero, a cambio de esas ayudas, el Gobierno de Pedro Sánchez tendrá que enviar a Bruselas un plan de reformas e inversión, en línea con las prioridades que marca Bruselas y va a necesitar la luz verde tanto de la Comisión Europea como del resto de países. La CE se ha esforzado en dejar claro que estas ayudas no se van a parecer a los rescates de años atrás y que serán los gobiernos de los países los que tendrán que enviar su propio plan de reformas, explica Antena 3.

Si un Estado miembro no lleva a cabo las reformas acordadas, si no invierte en los proyectos adecuados, en este caso es difícil proporcionar financiación

La Comisión Europea vigilará que las reformas prometidas se aplican y si se comprueba que no se está cumpliendo, en cualquier momento, se podría cortar el 'grifo' del dinero. "Si un Estado miembro no lleva a cabo las reformas acordadas, si no invierte en los proyectos adecuados, en este caso es difícil proporcionar financiación", ha explicado el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis.

Entre las reformas que se repiten sistemáticamente se encuentran preservar los logros de la reforma laboral que hizo el PP y profundizarla para reducir la temporalidad o tomar medidas para preservar la sostenibilidad de las pensiones, que según Bruselas está de nuevo en riesgo por la decisión de volver a vincularlas al IPC.  La UE también reclama sistemáticamente a España rebajar el abandono escolar con un pacto educativo, así como iniciativas para mejorar la eficacia de las ayudas sociales en la lucha contra la pobreza. Además, las reformas y las inversiones deberán centrarse en las prioridades estratégicas de la Unión, que son la transición digital y la lucha contra el cambio climático para conseguir el objetivo de emisiones cero de aquí a 2050. El plan todavía necesita el visto bueno de los 'halcones del euro' (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca), que para muchos, mandan demasiado para el peso que tienen, ya que no superan el 15% del PIB europeo. En frente, el bloque las cuatro grandes economías (Alemania, Francia, España e Italia) representan el 70% de la Unión Europea, añade El Español.

Los diferentes planes nacionales de reformas se enviarán en abril junto a la actualización del programa de estabilidad; o en octubre con el borrador de presupuestos. Bruselas anima a los países más golpeados por la crisis a que lo hagan ya en octubre para poder tener acceso a financiación desde principios de 2021. Una vez recibido, el Ejecutivo comunitario examinará el plan y verificará si realmente se ajusta a las prioridades en materia de reformas que exige la UE. Si la evaluación es negativa, puede denegar la asistencia financiera, añade El Español.

La UE también reclama sistemáticamente a España rebajar el abandono escolar con un pacto educativo, así como iniciativas para mejorar la eficacia de las ayudas sociales en la lucha contra la pobreza

En la decisión participarán también el resto de Estados miembros (entre ellos los más duros como Países Bajos o Austria), que pueden vetar la ayuda -por mayoría cualificada- si consideran que las reformas no son suficientes o adecuadas. Si la evaluación es positiva, la Comisión adoptará una decisión que fije la cantidad de ayuda para España, así como el calendario y el objetivo de las reformas, apunta El Español.  

El otro gran obstáculo, son los países del este, ya que entre los 5 estados más beneficiados, no figura ninguno de ellos. Se quejan de que España e Italia, los más favorecidos, tienen una renta per capita mucho más elevada. Exigen, una mayor parte del pastel. Y por tanto, pueden llegar aún más rebajas para España.

Todo esto establecerá un cerco a la coalición de Gobierno formada por el PSOE y Podemos, que a cambio de las ayudas europeas tendrán más difícil desmantelar reformas como la laboral o apostar por medidas descontroladas de gasto público, como ha hecho hasta ahora el Ejecutivo español, afirma OK Diario.

Además, que el dinero que pone sobre la mesa Bruselas no satisface del todo al Gobierno español es algo evidente si se recuerda que la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, venía pidiendo desde hace un mes que el fondo de recuperación fuera de 1,5 billones. También dijo que mejor que se dieran transferencias directas y no préstamos que hay que devolver.

Uno de esos gravámenes sería una eurotasa a las multinacionales por los beneficios que obtienen de operar sin fronteras en el mercado único

Recordemos que la también vicepresidenta tercera del Gobierno lanzó este jueves un mensaje en positivo a la UE, asegurando que España trabajará por la consolidación fiscal, por lo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya se plantea el recorte del gasto público innecesario, sirviéndose de las evaluaciones realizadas por el organismo de la Autoridad Fiscal Independiente, conocida por el acrónimo de la AIReF, según recogió El Economista.

Además, hace una semana, la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos enmendó la plana al vicepresidente segundo y dejó claro que no es momento de abrir el debate sobre la reforma laboral. Mientras que Pablo Iglesias sí aseguraba que se derogaría íntegramente, pues lo ‘pactado había que cumplirlo.’ Además, Iglesias insiste en el hachazo fiscal a las grandes fortunas, medida que ha ratificado hoy su pareja y también ministra Irene Montero.  

Eso sí: la UE también propone crear varios impuestos con los que cubrir los pagos durante las próximas tres décadas, vinculados "de una manera positiva" a las prioridades digital y ecológica de la Unión Europea, explicó durante la jornada de ayer a los periodistas el comisario europeo de Presupuestos Johannes Hahn, recogió El Economista. En total, estima que podría lograr unos 46.000 millones de euros anuales.  

Uno de esos gravámenes sería una eurotasa a las multinacionales por los beneficios que obtienen de operar sin fronteras en el mercado único. Bruselas calcula que con esta tasa podría llegar a recaudar alrededor de 10.000 millones de euros al año. Es decir, la eurotasa afectará a compañías de todos los sectores y el principal criterio será el tamaño. Pero de momento Bruselas no da más información sobre umbrales ni tipos, más allá de su objetivo de recaudación, añadió El Español.

Bruselas también apuesta por poner en marcha una tasa digital para las plataformas como Google o Facebook con un volumen de negocios superior a los 750 millones de euros. Finalmente, la Comisión quiere introducir una tasa de 80 céntimos por cada kilo de plástico no reciclado cuya recaudación iría también para la UE: unos 6.000 millones de euros al año.