• El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que dirige el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, recuperó ayer domingo, la mayoría absoluta en las elecciones legislativas, con cerca del 50% de los votos.
  • El Partido AKP, de raíces islamistas, devuelve a Turquía a un régimen de partido único.
  • Erdogan también manda el mensaje a los insurgentes kurdos en el sureste del país de que la violencia no puede coexistir con la democracia.
  • Erdogan pone sus intereses particulares por encima de los generales, al atacar a los kurdos, que a su vez luchan contra el Estado Islámico.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que dirige el presidente turco Recep Tayyip Erdogan (en la imagen), recuperó ayer la mayoría absoluta en las elecciones legislativas celebradas en este país, con cerca del 50% de los votos. Se celebraron elecciones ayer por la imposibilidad de formar un gobierno de coalición. En las elecciones llevadas a cabo el 7 de junio de 2015 el partido de Erdogan había perdido, después de 13 años, la mayoría de las bancas parlamentarias de la Asamblea turca, obteniendo sólo el 40,87% de los votos. El segundo partido ayer en las urnas, el CHP de Kemal Kiliçdaroglu, se estancó en el 25% de los sufragios, por lo que anoche descartaban cualquier opción de pacto con el AKP, cuyo grupo parlamentario tendrá, con el 99% de las papeletas escrutadas, 316 diputados (49,4% de los votos). El AKP ha contenido el avance de su principal rival laico pero también se ha hecho con buena parte de los votos de sectores religiosos del Partido de Acción Nacionalista (MHP, ultraderecha) que ha caído en apenas cinco meses del 16% al 12% de los votos. Peor resultado obtuvieron los nacionalistas kurdos de Partido Democrático del Pueblo (HDP), que con el 10,7% de los sufragios a escala nacional, se mantuvo hasta el final en el umbral del 10%, por debajo del cual la vigente Constitución excluye la posibilidad de contar con representación parlamentaria. Por su parte, el presidente turco, Tayyip Erdogan, ha dicho que su país votó a favor de la "estabilidad", y en uno de esos arranques de arrogancia que le caracterizan, sostuvo que el mundo debe respetar el resultado y atacó a los medios de comunicación, recoge Reuters. "¿Esta es su comprensión de la democracia?" agregó. "Ahora un partido con un 50 por ciento (de los votos) en Turquía alcanzó el poder (...)". "El mundo entero debe mostrar respeto. Hasta el momento no he visto esa madurez en el mundo". Así pues,  el Partido AKP, de raíces islamistas, devuelve a Turquía a un régimen de partido único, en un resultado que aumentará el poder de Erdogan pero puede profundizar las divisiones sociales. Erdogan dijo previamente que el resultado también era un mensaje a los insurgentes kurdos en el sureste del país de que la violencia no puede coexistir con la democracia. Según destacan analistas, la deriva que adopte el partido de Erdogan mostrará en los próximos días si Turquía avanza hacia un proceso de reconciliación nacional mediante la elaboración por consenso de una nueva Constitución, o se dirige hacia un sultanato de facto bajo el mando de Erdogan, el líder que más poder ha acumulado en la historia reciente del país. Un Erdogan que pone sus intereses particulares por encima de los generales, al atacar a los kurdos, que a su vez luchan contra el Estado Islámico. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com