• El dato ilustra la amplia purga de Erdogan tras la intentona militar, que se ha cebado especialmente con jueces (sólo queda el 36%) y funcionarios (80.000 expulsados).
  • El régimen reclutará a 38.000 soldados, policías y pilotos leales para suplir las bajas de los que ha apartado.
  • Más de 20.000 instigadores de la asonada han sido enviados a prisión preventiva, y pesan sospechas sobre otros 40.000.
  • Es la razón del anuncio del Gobierno de una liberación de 38.000 presos comunes. No caben todos en las cárceles.
Turquía avanza en su metamorfosis. Ya han pasado más de dos meses desde el fallido golpe de Estado que amenazó con tumbar la deriva autoritaria de Tayyip Erdogan, aunque no tenemos claro en sustitución de qué. Por ejemplo, tras la purga hay más aviones de combate que pilotos que los puedan utilizar. Ilustrativo. Y es que el fracaso de la asonada militar de aquel 15 de julio ha sido la excusa perfecta del presidente turco para su particular caza de brujas y que el país avance en la meta que se propone: la islamización. El reguero de cifras -oficiales o procedentes de medios- que nos van llegando desde entonces da una idea del alcance de la purga. El primer ministro turco, Binali Yildirim, ha aportado los últimos datos. Su balance arroja que un total de 20.355 personas han sido enviadas a prisión preventiva por colaborar en la instigación del golpe, mientras que el número de sospechosos se eleva a 40.029 personas. No les extrañará entonces que Turquía anuncie que liberará a 38.000 personas encarceladas antes del golpe, tras una reforma penal a la que podrán acogerse los prisioneros (excluyendo asesinos y violadores) que hayan cumplido la mitad de la condena. También sabemos que el régimen ha largado de su cargo a casi 80.000 funcionarios. Los cuerpos militar y de seguridad son los principales afectados por esta depuración masiva y fulminante: casi 3.000 miembros del Ejército fueron arrestados inmediatamente después del golpe. Entre estos, hay al menos 35 generales y almirantes. Además, han retirado de sus cargos a 614 jefes de policía o 7.899 agentes. Por eso, lo que toca ahora es sustituir a estos traidores por individuos leales a Erdogan y sus planes. Así que dará comienzo un proceso de reclutamiento de hasta 38.000 soldados, pilotos y policías. En cualquier caso, ya lo decimos, los tentáculos de la purga se extienden prácticamente a todos los campos profesiones (incluso a los árbitros de fútbol). El Gobierno ha suspendido, por ejemplo, al 64% de los jueces, un total de 2.745, entre los que hay incluidos miembros del Tribunal Constitucional o del Consejo de Estado. La educación es otro de los sectores que queda tocado: han sido cerradas 1.043 escuelas privadas y 15 universidades. Y hay más. El Gobierno ha ordenado cerrar en estos dos meses 1.229 ONGs y fundaciones, 16 canales de televisión, 23 estaciones de radio, 45 periódicos, 15 revistas o 29 editoriales. El proceso de limpieza del sistema comandado por Erdogan es total. Daniel Esparza