En Siria resucita la guerra fría. En concreto, la posibilidad del enfrentamiento directo entre tropas rusas y norteamericanas. Ya hemos dicho en Hispanidad que Occidente, obsesionado con Bashar Al Asad, lleva seis años largos apoyando al yihadismo, la matriz terrorista que asesina a europeos en actos terroristas. Porque Al Asad no es un santo pero respetaba la libertad religiosa de los cristianos y se enfrentaba a los fundamentalistas islámicos, que es la clave de Oriente próximo y el Creciente Fértil en el siglo XXI. Es decir, quién respeta y  quién no respeta la libertad de los cristianos, de los occidentales… de los ‘cruzados’, que diría Ben Laden.

Otro error de Occidente: dentro del mundo islámico, Occidente se ha aliado con el sunismo frente al chiísmo

Pero el ataque químico en Duma, del que poco sabemos, y la presión clintoniana –el progresismo norteamericano- ha provocado que Donald Trump se pase al bando de quienes gritan “Que vienen los rusos”, los unos con histeria, los otros con astucia.

Y así, Trump, en su estilo, amenaza con lanzar contra Siria, es decir, contra Rusia, sus mejores y más bonitos misiles. ¿Siria puede ser el escenario donde comience una guerra global? Pues sí, y eso que la III Guerra Mundial por etapas (por trozos, que diría el Papa Francisco) hace tiempo que comenzó.  

Occidente ha cometido dos errores y ahora Trump, una esperanza de renovación, se suma a ellos: el enemigo del Occidente cristiano –ergo, libre- es Moscú, cuando el verdadero peligro para Occidente viene de Asia, en particular de China y, cada vez más, del panteísmo nacional vigente en India. Total: casi 2.500 millones de personas.

Y en Siria se avanza hacia el enfrentamiento directo entre Moscú y Washington

El segundo error, en el que no ha caído Donald Trump, pues hace tiempo que está en él, se desarrolla dentro del polvorín árabe: el orbe cristiano se alía con el sunismo y contra el chiísmo.

El peligroso príncipe Bin Salman, de Arabia Saudí, se pasea por España con la prepotencia del rico que compra silencios a cambio de dinero… petrodólares empleados en comprar armamento con el que machacar, por ejemplo, al Yemen.

En esto, Podemos anda cargado de razón. Porque hasta Pablo Iglesias puede tener razón, alguna vez.