El presidente de EEUU Donald Trump se ha propuesto proyectar la carrera política de su hija Ivanka y está dando múltiples muestras últimamente.

Según cuenta The New York Times y recoge Infobae, la hija mayor del presidente estadounidense aprovechó una reunión de improviso entre su padre y Kim Jong-un, el líder norcoreano, para asumir aún más el rol de portavoz no oficial y de partícipe directa en el gobierno de Trump. Junto con su marido, el también asesor para la Casa Blanca Jared Kushner, Ivanka Trump dio entrevistas, posó para fotografías y acudió a la reunión a puerta cerrada entre su padre y Kim.

En Osaka, en la cumbre del G20, la reunión de jefes de Estado de las veinte mayores economías, y el objetivo original del viaje antes de que Donald Trump decidiera ir a la zona desmilitarizada, Ivanka Trump estuvo constantemente al lado de su padre mientras se reunía con líderes mundiales, desde el primer ministro japonés, Shinzo Abe, hasta el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán.

El presidente Trump admitió públicamente el pasado abril que había pensado en ella como nueva embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas

También ha aparecido un vídeo publicado en la cuenta de Instagram de la presidencia francesa que muestra los intentos de Ivanka Trump por conversar con Theresa May, la primera ministra saliente del Reino Unido; con Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional; Emmanuel Macron, el presidente francés, y Justin Trudeau, el primer ministro canadiense.

Pero a muchos no gusta ese creciente protagonismo de Ivanka. "Ivanka Trump no es parte del Consejo de Seguridad Nacional; no asesora para nada en los temas que se estaban discutiendo", dijo Michael A. McFaul, exembajador estadounidense ante Rusia durante el gobierno de Barack Obama. "Su presencia [en el encuentro privado] hace parecer menos profesional a la delegación de Trump ante otros países y ante profesionales que sí trabajan temas de seguridad nacional en el gobierno".

Cabe recordar que el presidente Trump admitió públicamente el pasado abril que había pensado en ella como nueva embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas en sustitución de Nikki Haley y también como nueva presidenta del Banco Mundial, ya que es, aseguró, “muy buena con los números” y “una diplomática natural”. “Si la hubiese nombrado hubiesen dicho que era nepotismo”, dijo el republicano a la revista The Atlantic. “Si alguna vez se presentase a la presidencia, sería muy difícil vencerla”, apuntó también, recuerda El País.