Donald Trump siembra dudas sobre la guerra comercial con China: "Estados Unidos no ha accedido a retirar los aranceles, aunque a China le gustaría que lo hiciese", aseguraba desde los jardines de la Casa Blanca

Desde China han insistido en los últimos días, tal y como señaló el portavoz del Ministerio de Comercio del país asiático, Gao Feng, en la necesidad de suprimirlos, al menos parte de ellos, para conseguir firmar un acuerdo que encamine a ambas potencias a poner fin a un enfrentamiento que comenzó en 2018. Desde entonces, Estados Unidos y China han impuesto aranceles por valor de miles de millones de dólares.  En concreto, los aranceles prometidos por Trump iban a afectar a bienes chinos por un valor estimado de más de 500.000 millones de dólares, más o menos 450.000 millones de euros. 

Pero, y pese a estas impactantes cifras, la guerra comercial abierta con China no le está dando a Trump los resultados que esperaba. El balance comercial del pasado mes de septiembre sigue siendo negativo para los norteamericanos y es peor que el registrado en los primeros meses del año. En ese mes, septiembre, EE.UU compró a China bienes por un valor estimado de 41.000 millones y apenas vendió a ese país 9.400 millones. En lo que va de año, el déficit comercial norteamericano con respecto al chino es de 231.000 millones de dólares.

Debido a la guerra arancelaria, China ha empezado a suspender la compra de productos agrícolas a Estados Unidos

Recordemos que el objetivo de EEUU era frenar las exportaciones e impulsar las importaciones de sus productos al otro lado del Pacífico, pero los datos como vemos indican todo lo contrario. El volumen de comercio exterior de China creció un 2,8% interanual en los tres primeros trimestres del año y alcanzó en esos nueve meses los 22,91 billones de yuanes, unos 3,2 billones de dólares, 2,9 billones de euros, según la Administración General de Aduanas del país asiático cuyos datos indican que las exportaciones chinas aumentaron un 7,2% en cómputo interanual durante ese periodo. En el mismo espacio de tiempo, China generó un superávit comercial de 2,05 billones de yuanes ,290.113 millones de dólares, 262.666 millones de euros, lo que supone un aumento del 44,2% frente al obtenido durante los tres primeros trimestres de 2018.

Destacan la caída importante de las importaciones en septiembre del 6,2% interanual, tras la bajada del 2,6% registrada en agosto. E concreto, las compras de productos estadounidenses registraron un descenso del 22,5%., nada más y nada menos.

En lo que va de año, el déficit comercial norteamericano con respecto al chino es de 231.000 millones de dólares

Así que, desde que se activó la guerra comercial entre los dos países, las exportaciones chinas no han dejado de crecer y las importaciones que se han reducido considerablemente. Todo ello fruto de en una estrategia minuciosamente planificada por el Gobierno de Xi Jinping cuya política comercial puede impactar en el nivel de vida de los ciudadanos. Un nivel de vida al alza, marcado por uno salarios que crecen pero no al mismo ritmo que lo hace la económía china.

Las autoridades hablan de esa crecida salarial como el mejor indicador de la mayor calidad de vida de sus ciudadanos que, no obstante, podría verse afectada para mal, si la presión para hacer frente a los aranceles, se mantiene por tiempo indefinido.  Po ejemplo, el sueldo medio de los trabajadores del sector manufacturero, paraíso de muchas empresas occidentales por su alta competitividad, se ha triplicado debido al crecimiento espectacular que el país ha tenido en los últimos años. Pero esta escalada del mercado laboral en el gigante asiático también tiene contrapartidas porque China también podría empezar a perder puestos de trabajo a favor de países en desarrollo dispuestos a aceptar, aun si cabe, condiciones más bajas.  En China, donde los salarios son muy desiguales, el sueldo medio por hora ha pasado de 1,5 dólares la hora en 2005  a 3,3 dólares en 2016. Pero todos sabemos que los salarios, igual que suben, pueden bajar, depende de las necesidades que en cada momento tenga el país y en esto China no se anda con remilgos.

En China, cuyos salarios son muy desiguales, el sueldo medio por hora ha pasado de 1,5 dólares en 2005, a 3,3 dólares en 2016

Por otro lado, si las importaciones se reducen, la clase media china, que ya supone la mitad de la clase media mundial, podría empezar a notarlo. China demanda cada vez más productos alimenticios precisamente para su clase media, demanda que ha experimentado un crecimiento promedio anual en torno al 15% en los últimos cinco años. Los datos de la Dirección Nacional de Estadísticas de China indican que entre estas importaciones se encuentran los productos agrícolas y China ya ha empezado a suspender la compra de estos productos a Estados Unidos.