La gente es libre para ser irresponsable y hasta para estamparse en un automóvil por circular a mayor velocidad de la aconsejada. Y, ciertamente, hay peligro de que encima mate a quien circulaba más despacio. Y eso es injusto, claro que sí, pero no se soluciona con prohibiciones porque la vida, toda ella, es riesgo continuo.  

El Gobierno ha decidido que no se puede circular por la mayoría de las vías secundarias a más de 90 kilómetros por hora. Con ello, asegura el tirano Pere Navarro (en la imagen), director general de Tráfico, se evitarán muchas muertes: ¿a que no?

No puedes suprimir la libertad y la responsabilidad del individuo mediante el BOE

Pues verás Navarro, querido, el Boletín Oficial del Estado (BOE) no es el señor de la vida ni de la muerte. La ley, la norma, sobre todo, la sanción y la multa, no pueden forzar a nadie a portarse con responsabilidad porque el hombre es libre y siempre está eligiendo entre bien y el mal o entre lo que él considera mejor o peor.

Coco decía aquella divertida pegatina de los taxistas madrileños, cuando el buen Navarro, entonces con Zapatero, ya nos enervaba con sus prohibiciones… “por tu seguridad, pasa por caja”. Te salvaremos poco, pero recaudaremos mucho. Y encima tenemos que estarles agradecidos. 

Si circulas a más de 90 kilómetros por hora te multaré y así evitaré muertes. ¿A que no?

Nos gusta que nos esclavicen siempre que lo hagan en nombre de nuestra salud (porque le tenemos miedo a la muerte) o de nuestra seguridad (más miedo a la muerte). Y así, nos encanta que nos esclavicen.

Navarro, como todo lo progresista, tiene una muy mala opinión del ser humano y no cree en la libertad. Por eso, su afición primera consiste en prohibir.

Lo peor es eso: que nos gusta la esclavitud.