Toyota Motor ha arrancado en su último ejercicio fiscal (abril de 2020 a marzo de 2021), pues ha elevado un 10,3% su beneficio neto, hasta unos 17.000 millones de euros, por la reducción de costes, a pesar de la crisis que ha provocado el coronavirus. Eso sí, no ha tenido aún empuje para acelerar porque los ingresos y ventas han sido menores.

El fabricante automovilístico japonés ha notado el impacto de la pandemia sobre todo en la primera mitad de su ejercicio, motivo que se ha traducido en descensos de beneficio operativo, facturación y ventas. En concreto, el beneficio operativo se ha situado en 16.650 millones, un 8,4% inferior al del ejercicio fiscal anterior. Por su parte, la facturación ha sido de 206.210 millones (-8,9%) y las ventas han caído un 14,6%, hasta 7,64 millones de vehículos. Eso sí, estos dos últimos descensos han sido menos pronunciados que los registrados en los nueve primeros meses de su ejercicio (del 15% y del 21%, respectivamente). 

Para el presente ejercicio fiscal, estima que el beneficio neto suba un 2,4%; el beneficio operativo, un 13,8%; y los ingresos, un 10,2%

Conviene recordar que Toyota logró recuperar el trono mundial en el año 2020 como fabricante de coches, quitándoselo a Volkswagen, que se lo había arrebatado en 2017 y lo ha ostentando durante tres años consecutivos. El fabricante japonés vendió 9,5 millones de coches (-11,3%) y el alemán, 9,3 millones (-15,2%).

Toyota ha destacado que el año pasado la industria de la automoción descendió por el Covid-19, aunque en China dicho impacto fue reducido. En su último trimestre (enero a marzo), señaló que no se vería tan afectado por la falta de suministro de chips como otros rivales. Por ello, prevé mayores beneficios e ingresos en su presente ejercicio fiscal: estima que el beneficio neto suba un 2,4%; el beneficio operativo, un 13,8%; y los ingresos, un 10,2%.