Carlos Torres quiere dar sensación de normalidad y se ha marchado a Davos, uno de los destinos preferidos de su antecesor, Francisco González (FG). Pero lo cierto es que tiene un cabreo de mil pares de narices: le ha pedido a FG que se desvincule completamente del banco y éste le ha dicho que ni hablar. Por ahora, FG seguirá siendo presidente de honor del BBVA y de la Fundación, y seguirá disfrutando del avión, del chófer, del despacho, del coche, de la seguridad... todo a cargo del accionista, como mandan los cánones. Y no quiere 'despedirle' a la fuerza, que podría hacerlo.

Mientras eso ocurre entre sucesor y sucedido, Miguel Sebastián pierde los nervios por la inacción del Gobierno Sánchez y ha contratado al exministro de Justicia, Francisco Caamaño, para que emprenda acciones legales contra FG. Y cuidado, porque al ex jefe de la Oficina Económica y ex ministro de Industria de ZP le importa un bledo que el resto de damnificados no estén tan interesados en acudir a los tribunales. Por ejemplo, la ex vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que en una de las grabaciones mostró su apoyo a Botín por el juicio de las cesiones de crédito.

El comportamiento del Gobierno ZP, destapado por las escuchas, no fue ni democrático ni decente

José Luis Rodríguez Zapatero tampoco se esconde y ha vuelto a la carga este miércoles. “Me he sentido estupefacto, preocupado e indignado. Esto debe tener consecuencias a todos los niveles y abrir un debate sobre nuestras grandes corporaciones y que también lo abra el Banco Central Europeo”, ha señalado durante su intervención en el 30º aniversario de la agencia de noticias Servimedia.

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“Esto es un hecho muy grave. Era lo último que hubiera pensado. El sector privado debe comportarse con las reglas de unas sociedades democráticas y con decencia”, ha explicado, sin despeinarse. ¿Y el Gobierno? ¿Qué hacía conspirando contra el BBVA, o apoyando a Botín en el juicio por las cesiones de crédito? Sí, FG es el verdugo, pero el comportamiento del Gobierno ZP, destapado por las escuchas, no fue ni democrático ni decente.