Para Moncloa es fundamental que el pueblo español, también el estamento rural, disponga de fútbol. Primero, porque la estructura rural aún es del PP y un pueblo que no puede seguir a su equipo a lo mejor cambia de voto, o por lo menos, se cabrea.

El presidente de Telefónica se niega a aceptar las onerosas condiciones de Jaume Roures

Peo el único que posee una red capilar de clientes por toda España es Telefónica, así que Moncloa presiona a la operadora para que le compre los derechos a quienes los tienen: hablamos de Champions para ya mismo y de la Liga de fútbol a partir de 2019. En ambos, cómo no, el principal intermediario es Jaume Roures. Y por cierto, Roures siempre juega al límite: si no consiguiera venderle a Telefónica, podría pasarlo pero que muy mal.

Y asegura que puede librar la batalla del vídeo sin fútbol

Y esto es bello e instructivo, porque así es como podemos contemplar que la política hace extraños compañeros de cama. El anticlerical, comunista y presunto independentista Jaume Roures, aliado con el Gobierno, dispuesto este a retorcerle el brazo a unas empresas privadas con tal de seguir haciendo rico a Roures.

Ahora bien, dicho esto, resulta que la parte contratante, José María Álvarez-Pallete, no está dispuesto a que Roures se siga burlando de la operadora como hacía en los tiempos de Luis Blasco. Además, el fútbol ya no es definitivo en una oferta convergente. Por ejemplo, las series de televisión empiezan a ocupar su lugar, y Telefónica ya ha firmado acuerdos con plataformas tipo Netflix.

Hablamos de Champions y Liga de fútbol, para ya mismo y a partir de 2019

En teoría, debería ser Roures quien suplicara a Telefónica que se aviniera a otras condiciones. El problema es que Telefónica siente la presión del Gobierno Rajoy, como quien dice, del regulador.

Por cierto, Hacienda tampoco quiere ver a los clubes de fútbol sin dinero: no le pagarían. Y es así como Madrid y Barça apoyan, también a Jaume Roures. Cosas veredes, Sancho.

Además, Hacienda no quiere ver a los clubes de fútbol sin dinero

Y ojo, porque las operadoras pueden forzar un cambio de modelo con una pregunta tan sencilla como esta: ¿Por qué no negociar los derechos del fútbol sin un intermediario como Roures, que poco o nada aportan y encarecen el producto? Pues eso es lo que, con una visión chata, está empujando Mariano Rajoy.