• Telefónica venderá el 2,9% de la compañía. La empresa de ingeniería ha dejado de ser estratégica para la teleco.
  • El Ejecutivo quería que Telefónica se convirtiera en el principal accionista de Indra.
  • El objetivo, la creación del polo militar industrial.
  • Lo cierto es que el nuevo presidente de Teléfonica nunca creyó en el proyecto del Gobierno.
  • Y sus relaciones con Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra, son como las fincas en Extremadura, manifiestamente mejorables.
Telefónica venderá el 2,9% que aún mantiene del capital de Indra. No hay fecha concreta, pero el activo ha dejado de ser estratégico para la compañía que preside José María Álvarez-Pallete. Como recordarán, en enero de 2015 Telefónica compró el 3,16% de la empresa de ingeniería, con opción para ampliar ese porcentaje hasta el 6%. El paso siguiente fue nombrar a Fernando Abril-Martorell como presidente de la compañía en sustitución de Javier Monzón. En ese momento se cumplió una vieja aspiración del Gobierno Rajoy: echar a Monzón para llevar a cabo el gran proyecto del ministro de Defensa, Pedro Morenés, que no era otro que la creación de un gran polo militar industrial, con Indra como pieza fundamental. Monzón nunca quiso colaborar. La aspiración del Gobierno era, incluso, que Telefónica ampliara ese 6% hasta convertirse en el primer accionista de la compañía. Y si le compraba a la Sepi su 20%, mejor todavía. Sin embargo, todo se produjo demasiado tarde, en el último año de la Legislatura. El gran proyecto de Defensa había fracasado. Y Telefónica, lejos de ampliar su participación, ha comenzado a reducirla. Así, en el mes de julio pasó del 3,16% (directo) al 2,9%. Y seguirá vendiendo hasta dejarla en cero. Por cierto, Álvarez-Pallete nunca creyó en el proyecto del Gobierno. Y sus relaciones con Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra, son como las fincas en Extremadura, manifiestamente mejorables. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com