A pesar de que la huelga del taxi en Madrid ya está en su décimo día y de que Uber y Cabify han anunciado que dejan Barcelona, José Luis Ábalos ha vuelto a lavarse las manos y a dejar la “patata caliente” en manos de las autonomías. El ministro de Fomento ha insistido en su comparecencia en el Congreso que la ley de VTC “da libertad pero no obliga” a las CCAA a regular la actividad de los VTC y que tienen cuatro años para hacerlo.

Ábalos ha recordado que el real decreto ley que regula esta actividad y que dejó las competencias en manos de las comunidades autónomas fue convalidado en el Congreso en septiembre y tiene abierto el plazo de presentación de enmiendas. La norma es “vinculante para todos, guste o no, y obliga a todos”, pero el titular de Fomento ha recordado que “aún caben ideas y ocurrencias”.

Eso sí, respecto a otras medidas al margen del real decreto aprobado por el Gobierno, Ábalos ha señalado que “llevarían a reproducir los errores del pasado”, añadiendo que son las entidades locales “las más adecuadas para tomar decisiones” en esta materia. O sea, se lava las manos no solo ante autonomías, también ante ayuntamientos.