• El juez Andreu interroga a 27 ex consejeros de la entidad: 16 políticos, 7 sindicalistas y 4 empresarios.
  • A pesar de la gravedad de los hechos y de su carácter mediático, no deja de ser el chocolate del loro comparado con los créditos dolosos concedidos por la entidad.
  • En otras palabras, Bankia no quebró por los 15,5 millones de euros de las tarjetas 'black'.
  • Anticorrupción pide fianzas a los imputados por el valor de lo que gastaron.

El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, interrogará, entre este lunes y el próximo miércoles, a 27 exconsejeros de Caja Madrid que utilizaron las tarjetas opacas de la entidad mientras formaban parte del Consejo de Administración de la entidad. En total, 16 políticos -ocho del PP, siete del PSOE y uno de IU-, siete sindicalistas -cuatro de CCOO, dos de UGT y uno de la Confederación de Cuadros- y cuatro empresarios.

Este primer día de comparecencias ha contado con las declaraciones de diez imputados. La mayoría ha coincidido en señalar que fue a partir del año 1996 -con la llegada de Miguel Blesa a la presidencia de Caja Madrid- cuando se generalizó el uso de las tarjetas opacas para gastos personales.

Uno de los que ha sostenido esta afirmación es el catedrático y ex dirigente de IU, José Antonio Moral Santín, que cargó 456.000 euros a la tarjeta 'black' de la entidad. Moral Santín fue vicepresidente de Caja Madrid entre 1995 y 2012 y miembro del Consejo de Adminsitración de Bankia desde 2011 hasta la nacionalización de la entidad, en 2012. Además, fue presidente de Telemadrid entre 1991 y 1995. Según Moral Santín, esos cargos eran parte de su retribución. Además, ha asegurado que no tenía que declarar esos gastos a Hacienda porque era la entidad la que lo hacía por ellos.

Pedro Bedía (CCOO), que gastó 78.200 euros con cargo a la tarjeta 'black', ha ido más allá. Según él, desde la dirección de la caja de ahorros se le pidió que utilizara más la tarjeta porque la usaba "poco".

También han declarado durante este primer día de interrogatorios, Ramón Espinar y José María Arteta, ambos del PSOE. Espinar, que gastó 178.000 euros con cargo a la tarjeta opaca, fue, con 25 años de edad, el alcalde más joven de España -alcalde de Leganés- tras las primeras elecciones locales de la democracia, en 1979. Por su parte, Arteta, que fue alcalde de Móstoles entre 1995 y 2003, cargó 139.000 euros a su tarjeta opaca.

También han declarado los sindicalistas Juan José Azcona (99.300 euros) y Rodolfo Benito (140.600 euros), los dos de CCOO, así como Gonzalo Martín Pascual (UGT), que gastó 129.700 euros, e Ignacio de Navasqües (Confederación de Cuadros), que cargó hasta 195.000 euros.

Los últimos en declarar han sido Gerardo Díaz Ferrán (expresidente de la CEOE) y Guillermo Marcos (Unipyme), que gastaron 94.000 euros y 133.600 euros, respectivamente.

En cualquier caso, a pesar de la gravedad de los hechos y del carácter mediático del escándalo, no hay que perder de vista que estamos hablando de 15,5 millones de euros gastados durante diez años por 82 personas. Es decir, es el chocolate del loro, comparado con los créditos dolosos concedidos por la entidad. Por ejemplo, si lo comparamos con los 1.700 millones de euros de 11 operaciones irregulares detectadas en Bancaja. Eso sí que puede hacer caer una entidad.

Sea como fuere, la Fiscalía Anticorrupción ha pedido fianzas para los imputados por valor de lo que gastaron con sus tarjetas 'black'. A todos menos a Azcona, a Benito y a Marcos. Los tres han asegurado que utilizaron la tarjeta para gastos de representación.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com