• Se repite el suspense y el resultado de 2016: el grupo aragonés de Fernando Samper se hace con el 40%.
  • Forestalia se adjudica 1.200 Mw, frente Gas Natural (667 Mw), Endesa (540 Mwn), y Gamesa (206 Mw).
  • La energía eólica barre al resto y las asociaciones de fotovoltaica montan en cólera.
  • La aragonesa se lleva la tarda, sin primas, a pesar de ser una desconocida en el sector. Arrancó en 2011, el año del 'boom'.
  • Y entre las grandes, Iberdrola, sale sin nada. Otros grandes ni lo intentaron.
Se repite el mismo escenario de la subasta anterior (enero de 2016) y el mismo ganador, Forestalia, el inesperado invitado en la megasubasta de energías renovables celebrada este miércoles. El resultado depende ahora de que lo oficialice la CNMC.. Dos conclusiones antes de ir a más: la energía eólica barre al resto (fotovoltaica, biomasa, solar o termosolar) y, a su vez, Forestalia, el grupo aragonés que preside el empresario Fernando Samper (en la imagen), barre a los demás con precios más competitivos. Así las cosas, igualito que el año pasado, los incentivos o primas se ha reducido a cero. Estaban en juego 3.000 megavatios (Mw), pero finalmente el aragonés se ha adjudicado un paquete de 1.200 Mw, a mucha distancia del resto: Gas Natural Fenosa (650 Mw), Enel Green Power España (500 Mwn), filial de Endesa, y Gamesa (206 Mw). Lo mismo que enero de 2016, cuando se adjudicó 400 de los 700 Mw en juego. Forestalia dispone ahora del seis meses para decir dónde colocará la producción -operativa antes de que acabe 2019- pero la mayor parte llegará de su región, Aragón, donde sopla el viento con más generosidad que luce el sol, por ejemplo, que en otras zonas. El gran perdedor, Iberdrola, que no se ha llevado nada, igual que Viesgo y EDP Renovavéis. La diferencia es de grado, si tenemos en cuenta que Iberdrola es la primera por potencia eólica en España (5.500 MW). Acciona no ha acudido.  Y el resto en liza son más pequeñas, como Brial o Norvento, que se ha adjudicado 237 y 148 MW, respectivamente. De modo que Forestalia vuelve a dar la sorpresa, aunque sus dueños, los hermanos Samper, desconocidos en el sector eléctrico hasta nada, proceden de otras latitudes; en concreto de la industria cárnica. La empresa funciona en energías renovables (eólica y biomasa) desde su creación 2011, el año de boom, y ha ido creciendo, sobre todo en Aragón, mientras busca la entrada de socios sin perder el control. El objetivo de la megasubasta de hoy es es el mismo que la de 2016, aunque este año la subasta ha sido sustancialmente superior: poner en movimiento las renovables para cumplir con el 20/20 que marca Bruselas (20% de renovables en 2020). Competían en igualdad de condiciones todas las energías, pero la eólica ha vencido claramente. Es el resultado del estreno de un nuevo modelo, más neutro teóricamente, y marginalista, con pujas a la baja hasta completar los megavatios en juego. Hasta el año pasado, la cosa iba por tramos (en 2016, con 700 MW en juego, 500 MW eólicos y 200, biomasa). Es la neutralidad, precisamente, lo que vieron cuestionada en la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la perjudicada, y la que ha puesto en cólera a la Anpier (la asociación de productores fotovoltaicos)en contra del Álvaro Nadal, el ministro de Energía. A su juicio, se castiga a las pequeñas y medianas iniciativas, que han quedado sin opciones aunque hayan ofertado con los mayores descuentos posibles. Han comenzado, además, con una campaña, según su comunicado, con el eslogan "No a una privatización del sol", con el que pide otro modelo energético, "sostenible y social". Rafael Esparza