Qué casualidad, que Mark Malloch Brown, el nuevo presidente de la Open Society Foundation sea el consejero delegado de Smartmatic, una de las empresas señaladas por fraude electoral en las elecciones de EEUU. Por cierto, el presidente de esta compañía, Peter Neffenger, fue fichado por Joe Biden para su equipo de transición que prepara su desembarco en la Casa Blanca.

Muchas casualidades a pesar de que, tanto Smartmatic como la otra empresa señalada por el abogado de Donald Trump, Rudy Giuliani, Dominion Voting System, han negado todas las acusaciones.

Sea como fuere, lo cierto es que Malloch Brown es hombre de confianza de George Soros. “Está profundamente familiarizado con su trabajo (el de la fundación) y comparte mi visión de la filantropía”, afirmó Soros sobre él en el tuit en el que anunció su nombramiento.

La vinculación de Malloch Brown, de 67 años de edad, con el Nuevo Orden Mundial no admite discusión y viene de lejos. Así, en 1994 fichó por el Banco Mundial como director de Asuntos Externos y dos años después fue nombrado vicepresidente de Asuntos Externos y vicepresidente de Asuntos de las Naciones Unidas. Del Banco Mundial pasó a la ONU, donde ocupó el cargo de Administrador del darwinista Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre 1999 y 2005, año en el que fue nombrado jefe de gabinete del secretario general de la organización, Kofi Annan. Un año después, en 2006, fue nombrado vicesecretario general de Naciones Unidas, puesto que ocupó hasta que, en 2007, se unió al gobierno británico de Gordon Brown. Un pedigrí Nuevo Órden Mundial (NOM) en estado puro.

Malloch tiene el título de barón del condado este de Sussex, desde 2007. Un poco de respeto.

En cualquier caso, Soros se ha quitado la careta. Ahora, los progres del Nuevo Orden Mundial (NOM) ya no se cortan: han conseguido inmunidad e impunidad.