El Gobierno Sánchez lo tiene todo previsto para controlar el coronavirus. Por eso ha creado el Comité de Coordinación Interministerial ante la amenaza para la Salud Pública producida por la enfermedad. Se trata de un grupo de trabajo en el que se hará seguimiento y evaluación de la situación y se coordinará la respuesta transversal del Gobierno ante cualquier eventualidad que se pudiera producir. Y lo presidirá la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo.

El Ejecutivo de Sánchez sigue así el patrón que marcó el de Mariano Rajoy durante la crisis del ébola, de la que se encargó la por entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Sospechamos que esto no va a gustar mucho al embajador chino en España que se afana en dejar claro que el problema es el coronavirus y no los ciudadanos chinos.

En cualquier caso, la creación de un nuevo organismo burocrático no hace mucho por calmar los ánimos, tal como solicita el propio Gobierno, ni para evitar que cunda la histeria. Si, como asegura la OMS, no estamos ante una pandemia sino ante una epidemia -bonito consuelo-, por qué en España, ubicada a miles de kilómetros de China se crea una comisión dirigida, nada menos, que por la vicepresidenta, Carmen Calvo.