Tanto desprecio por la vida humana me hace pensar en lo de Chesterton: "Me compré un revólver para ofrecérselo a todos aquellos que me dicen que la vida no tiene sentido".

Era la premisa que le llevaba a concluir que "la primera forma de pensamiento es el agradecimiento", agradecimiento por estar vivo. 

La eutanasia no solo supone un desprecio por la vida. Además, busca cómplices

Y es que hemos olvidado que la vida es formidable y no nos la merecemos ni un poquito. Es un regalo inesperado y gratuito. El hombre del siglo XXI dice no encontrarle sentido a la vida: pues que se suicide como quiera, él solito, sin molestar a nadie. Pero claro, la eutanasia no solo supone un desprecio por la vida: busca la connivencia de un segundo, la de un médico que cargue con la culpa de haberle arrebatado la vida a otra persona. Y ya lo saben: si no puedes dar la vida, no te apresures a otorgar la muerte.

Si no puedes dar la vida, no te apresures a otorgar la muerte, dijo Gandalf el grande

PSOE y Ciudadanos (Podemos, por supuesto) quieren regular la eutanasia. A lo mejor es un remedio para solucionar el problema de las pensiones, pero más bien parece un monumental desprecio por la vida. Son así de ingratos.

Han convertido el 28-A en las elecciones del suicidio y, una vez más, el Partido Popular, cobardica él, no ha sabido dar la talla.