• Se ha llevado cuatro Óscar, frente a su máxima rival: Boyhood, mucho más atractiva, que se quedó en uno.
  • Todas las nominadas a mejor película se llevan, al menos, un Óscar.
  • La sorpresa más agradable: las tres estatuillas para la independiente Whiplash.
  • Varios ganadores han reivindicado diferentes cuestiones; la más práctica, la actriz Patricia Arquette que ha pedido igualdad salarial entre actores y actrices.
  • El joven actor británico Eddie Redmayne gana el pulso a Michael Keaton en la categoría de mejor actor.
  • Julianne Moore gana, a la quinta, el Óscar a la mejor actriz.
  • La polaca Ida se lleva el Óscar a la mejor película de habla no inglesa.

Hollywood  se mira, nuevamente, el ombligo y otorga los principales Óscar (mejor director, película y guión original, así como fotografía) a Birdman, un drama existencial disfrazado de comedia de humor negro que lanza una feroz crítica al mundo de cine: al ego de las estrellas incapaces de aceptar el fracaso, a la frivolidad de las relaciones en ese mundillo o a los críticos (no es casual que el título largo de la película, "la inesperada virtud de la ignorancia", haga alusión a ellos). El largometraje de González Iñárritu, a pesar de ser muy original en su guión, es opaco, sesudo y "muy intelectualoide”, además de desesperanzador (al igual que el resto de la filmografía de este director). Por cierto, que Iñárritu ha sido uno de los que, desde el atril de los premiados, ha reivindicado los derechos de sus compatriotas mexicanos: "Dedico este premio a mis compatriotas mexicanos, espero que encontremos un gobierno que nos sirva para luchar. Que los que viven aquí sean tratados con dignidad".

En la misma línea se han manifestado los cantantes de 'Glory', la ganadora a mejor canción (de la película Selma), que han pedido igualdad con respecto a los afroamericanos. Aunque, para reivindicativa práctica, la actriz Patricia Arquette quien, cuando ha subido a recibir el Oscar a mejor actriz de reparto por Boyhood, ha pedido igualdad de salarios entre actores y actrices.

Boyhood, el experimento que Linklater rodó durante 12 años y que narra la vida de un niño desde los seis a los 18 años, ha recibido sólo un galardón, toda una injusticia si tenemos en cuenta que pocas películas reflejan con tanta belleza y veracidad la vida cotidiana de un ser humano.

Si injusto ha sido el trato recibido en cuanto a galardones por Boyhood, la sorpresa agradable de la noche ha sido que la modesta Whiplash, o el enfrentamiento entre un joven batería de jazz y el cruel director de una respetada orquesta, se haya llevado tres (entre ellos a mejor actor de reparto para el veterano J. K. Simmons).

Finalmente, y en contra de la mayoría de las apuestas, el joven y camaleónico actor británico Eddie Redmayne (La teoría del todo) ha ganado merecidamente el pulso a mejor actor a Michael Keaton (Birdman) por su corporal  interpretación del científico Stephen Hawking. Sin sorpresas, el premio a mejor actriz ha sido para Julianne Moore (Siempre Alice), que se lo merecía tras estar nominada en cinco ocasiones.

Por primera vez en la Historia de los Óscar, una película polaca: Ida, se lleva la estatuilla a mejor película de habla no inglesa. Todo ello gracias a una historia en blanco y negro, que narra la historia de una novicia quien, antes de tomar los votos, se entera de sus orígenes judíos y de un pasado lleno de tragedia.

La ceremonia de los Óscar de este año, presentada por el actor Neil Patrick Harris (muy famoso por su papel en la serie Como conocí a vuestra madre), ha sido plana y  aburrida. Si una imagen vale por mil palabras, quédense con ésta: la instantánea más repetida del presentador ha sido cuando éste ha salido en calzoncillos al escenario, emulando a Michael Keaton en Birdman. ¿Le habrá pagado la lencería Calvin Klein?

Juana Samanes

juana@hispanidad.com