Rodrigo Echenique cobró un total de 2,59 millones de euros en 2020, su último ejercicio en el Santander, frente a los 3,9 millones que ganó en 2019. Echenique, como el resto de consejeros, se comprometió a reducir su remuneración un 20% por el Covid.

Sea como fuere, Echenique dejó el banco -el 22 de diciembre se hizo oficial- con una indemnización de 1,8 millones y una pensión de 13,26 millones, que no está mal, pero que contrasta con planes de ahorro de otros banqueros con menos años en una entidad.

Echenique, que entró en el Santander en 1984, lo fue todo en el banco: CEO, vicepresidente ejecutivo, propició el nombramiento de Ana Botín tras el fallecimiento de su padre… 1,8 millones de indemnización y 13 millones de pensión saben a poco. Seguro que esto nada tiene que ver con su declaración ante el juez José Luis Calama por el caso Popular, en la que desmintió a su presidenta.

Ana Botín, por su parte, ganó 8,1 millones, un 18,7% menos que en 2019, tras rebajarse el fijo y el variable un 50% por la pandemia. En esa retribución está incluida la aportación de 1,15 millones a su sistema de ahorro a largo plazo, que ya acumula 49,44 millones.

José Antonio Álvarez, que también se comprometió a una rebaja del 50% del fijo y el variable, cobró un total de 6,87 millones de euros, incluida la aportación de 864.000 euros a la pensión, que ya acumula 18,08 millones de euros.

El 26 de marzo, los accionistas del banco emitirán su voto consultivo acerca de estas remuneraciones. Veremos entonces si les parecen razonables o excesivas a pesar de la rebaja por el coronavirus. Las remuneraciones de 2019 no gustaron al 6% de los accionistas. Son muchos.