• El 10 de septiembre de 2014 la acción estaba a 6,8 euros; ahora, a 4,2. Hoy, vale en bolsa 58.000 millones frente a los 88.000 de hace dos años.
  • Pero los hermanos Ana y Javier Botín se reconcilian.
  • Ahora, el consejero Javier tiene el 0,5% del capital por un 0,1% de Ana Patricia.
  • La presidenta del Santander se compromete a informar más a sus hermanos sobre la situación de su patrimonio.
  • Y planea un nuevo plan estratégico ante la nueva situación bancaria mundial.
Decíamos ayer… que este negocio es una ruina. Hace dos años, cuando Ana Patricia Botín (en la imagen) sustituyó a su padre en la Presidencia del Santander, el Grupo valía 88.000 millones; hoy son 58.000. La acción ha pasado de 6,8 euros a 4,2. Es cierto que lo primero que hizo Ana Botín fue acometer una ampliación de capital gigantesca y que el conjunto del sector es eso: un deshecho bursátil. En esas circunstancias no es de extrañar que los hermanos Botín y quien representa a la familia en el Consejo del Santander, Francisco Javier Botín –el favorito de Emilio- no estén muy contentos con la gestión de su hermana Ana. Vamos, que han perdido casi un 40% del patrimonio. Pero, sobre todo, protestan porque Ana Botín tuvo claro desde el primer momento que los suyo no era atender las reclamaciones de sus accionistas sindicados. Y eso es, precisamente, lo que no ha agradado al presidente de la Fundación Marcelino Botín, su hermano y consejero del Santander, Javier Botín. Por cierto, a título individual, Javier posee el 0,5% del capital frente al 0,1% de su hermana, lo que revela que ha habido cambios importantes recogidos este verano en la CNMV. Y además, una historia que viene de atrás. Durante estos dos años, Javier Botín, que jamás le disputó a su hermana la sucesión, ha estado disgustado con determinados movimientos de la primogénita el día de autos. Esta frase resume el estado e ánimo de Javier Botín: ¿Acaso creía mi hermana que yo le iba a disputar el cargo? En cualquier caso, los hermanos se han conciliado. No es malo, dado que el balance no es bueno (tampoco lo es el de ninguna entidad, que conste) y Ana Patricia ha dicho que contará más con los accionistas… familiares. Por otra parte, la presidenta, que planea un nuevo plan estratégico ante la nueva situación bancaria mundial, está metida de hoz y coz en un programa de reducción de costes y en la defensa de sus posiciones en el exterior, especialmente Brasil. Eulogio López eulogio@hispanidad.com