• El líder de Ciudadanos busca una alianza, que puede ser de Gobierno, con el partido más votado… y con quien más le ofrezca.
  • Y denle la importancia que quieran, pero los empresarios empiezan a contemplar un Gobierno PSOE-Ciudadanos.
  • En cualquier caso, Rivera tiene claro que no quiere saber nada con Rajoy. Con su segunda, la vicepresidenta, sí.
  • El problema del PP es que ha traicionado a su ideario y con ello a sus votantes.
  • El PP no recobra los votos perdidos en Ciudadanos pero el PSOE sí recobra los votos perdidos en Podemos.
Por primera vez en toda la legislatura, una encuesta otorga al PSOE de Pedro Sánchez más votos que al PP de Mariano Rajoy. Y naturalmente los empresarios, como Julio César, han corrido presurosos en socorro del vencedor. Ahora, ya admiten a un Sánchez inexperto e insensato como presidente del Gobierno. Precisamente cuando las variables macroeconómicas mejoran y Mariano Rajoy, al menos en algunos aspectos, puede sacar pecho, sus expectativas electorales no remontan. Lo que demuestra lo que venimos repitiendo desde tiempo atrás: que el PP puede conseguir todos los éxitos que quiera en materia económica que no se servirán para nada. Se trata de algo más: una desafección ante un partido que ha traicionado su ideario y con ello a sus votantes. En cualquier caso, Pedro Sánchez ya ha sido acogido por los empresarios como candidato posible a ocupar La Moncloa y Mariano Rajoy parece cada vez más lejos de poder repetir. Las encuestas dicen que Podemos se desinfla. Ciudadanos aguanta pero como bisagra y que, por tanto, el PP no recobra los votos perdidos en Ciudadanos pero el PSOE sí recobra los votos perdidos en Podemos. Por tanto, ahora mismo lo que ocurre en la política española es lo siguiente: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría por el PP y Pedro Sánchez por el PSOE se disputan el amor de Albert Rivera, en el supuesto, bastante posible, de que la Presidencia de España la otorgue Rivera a la lista más votada. Si es el PP, Rivera, como ya adelantamos en Hispanidad, exigirá que Mariano Rajoy, representante del aznarismo, es decir, de la vieja política, ceda su puesto a Sáenz de Santamaría, quien se verá obligada a traicionar a Rajoy por patriotismo. Si el vencedor por la mínima fuera Pedro Sánchez, Rivera (en la imagencolocará a 'Maravillas' en el Moncloa. En cualquier caso, todo depende de lo que, tanto PP como PSOE, estén dispuestos a pagar. Porque Rivera no es como otros: él, contra lo que asegura Pablo Iglesias, sí está dispuesto a entrar en un gobierno, naturalmente reformador, democrático y progresistas. Vamos, que todo depende del precio. Por cierto, como buen progresista, Rivera considera que su programa se adecúa perfectamente tanto al PP como al PSOE. Muy cierto. De hecho es tan progresista que se adecúa a todo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com